Ha nacido una estrella. El Gobierno de Pedro Sánchez no consiguió aprobar sus Presupuestos Generales del Estado (PGE) por la negativa del bloque independentistas, y que te tumben tus cuentas, suele pesar sobre las espaldas del ministro de Hacienda en cuestión, en este caso, de la ministra María Jesús Montero. Pero nada más lejos de la realidad. Montero no consiguió luz verde para sus Presupuestos, pero estuvo fastuosa en el debate parlamentario. Tanto, que sorprendió.

La ministra de Hacienda tocó los dos palos: el económico y el político. Durante su primera intervención el pasado martes como defensora de los PGE, arrancó con un discurso en clave político y electoral. Metió a las derechas (PP y Ciudadanos) en el mismo saco que a los soberanistas (Esquerra Republicana de Catalunya y PDeCat). “¿No será que viven mejor en la confrontación?”, se preguntaba la ministra, argumentando que el Gobierno estaba abierto a proposiciones de todos los grupos parlamentarios.

Denunció que a Pablo Casado y a Albert Rivera “no les ha interesado lo más mínimo porque se han desentendido de los intereses de los ciudadanos, a los que solo miran como votantes”; al tiempo que criticó al bloque independentista que se equivocara al pensar que el Gobierno permitiría incluir en la agenda de negociación el derecho de autodeterminación porque “ni queremos no podemos” ponerlo en “ningún orden del día”.

También habló de cifras, y mucho. Pero si algo sorprendió, es que no hizo ascos a entrar en el cuerpo a cuerpo con quien osara retarla. Hasta el punto de que entró en un debate retórico con Pablo Casado, famoso por su agresividad e incluso faltas de respeto (insultó 12 veces ale presidente del Gobierno en un discurso de apenas 10 minutos). Y lo ganó.

Fue uno de los titulares de la jornada. Casado le reprochó su etapa como consejera en el Gobierno autonómico de Andalucía y ensalzó el milagro económico del Partido Popular durante las etapas de José María Aznar y de Mariano Rajoy. “Que el partido Socialista hable de economía, cuando quebró la economía en 1996, es de broma. No nos den lecciones tampoco sobre el sistema de pensiones. Ustedes que congelaron las pensiones en la época de Zapatero, que dejaron 3 millones y medio de parados, un déficit de 9 puntos en el rescate… Pero, ¿cómo tienen la desfachatez de hablarnos a nosotros sobre economía? Nosotros que hemos rescatado a España y hemos evitado la intervención internacional, que hemos creado 3 millones de empleos”, espetó el líder popular.

Ante esto, Montero respondió clara, concisa, acertada e incisiva: “No se lo iba a decir, pero al ver que se desliza por esa vertiente, por mi etapa en Andalucía, se lo diré. ¿Sabe usted dónde está el milagro económico del Partido Popular? ¡En la cárcel!”.

El zasca se escuchó en los lugares más recónditos del plantea, como suele decirse. El aplauso de la bancada socialista reventó los niveles de contaminación acústica e, incluso, se pudo ver alguna reverencia.

La opinión generalizada entre periodistas y políticos era que María Jesús Montero hizo algo más que defenderse. Su nivel fue tal que hay quien la sitúa ya como una de las referencias a tener en cuenta para el futuro de la formación socialista. Fue Susana Díaz quien la nombró responsable de Hacienda y Administración Pública en 2013 y hay quien ya la sitúa como posible sustituta.