El presidente de Cantabria se ha convertido en el blanco de las críticas tras dar el pistoletazo de salida a una prueba deportiva que congregaba a cientos de personas en la playa de El Sardinero de Santander este pasado domingo.

Se trata de un triatlón, organizado en plena segunda ola de coronavirus y patrocinado por el Gobierno dirigido por Miguel Ángel Revilla. Precisamente, a Revilla se le ha visto en varios programas de televisión durante los últimos meses completamente indignado con las imprudencias de otras Administraciones, personas y, especialmente, jóvenes.

Este doble rasero ha sido el principal motivo de crítica que se ha encontrado el dirigente cántabro en sus redes. Los comentarios denunciaban que Revilla publicite sin miramientos un evento en el que se veía a cientos de personas sin mascarillas ni distancias de seguridad mientras se prohibe la reunión de más de 10 personas. 

Desde la organización han argumentado que los atletas mantenían la mascarilla hasta "15 segundos antes" de dar inicio a la prueba, pero lo cierto es que el presidente de Cantabria no ha vuelto a referirse a este asunto en público. La celebración se contrapone a las decisiones de anular otras pruebas similares en otros puntos del país, como la suspensión de la Media Maratón de Elche por "no poder garantizar la seguridad de los participantes".