Las exigencias de Vox para apoyar el pacto entre el Partido Popular y Ciudadanos han copado la centralidad del debate político. Concretamente, la ultraderecha ha situado el foco sobre la ley contra la violencia de género. Los de Pablo Casado han sucumbido ante su discurso y han comprado el concepto de “violencia doméstica” para referirse a la violencia de género, al tiempo que proponen ayudas para proteger a los hombres (una de las demandas de Vox). La ultraderechización de Casado ya es palpable, pero no todo el PP vira con él.

Durante una rueda de prensa el pasado lunes, la viceportavoz del Grupo Popular en el Parlamento de Galicia, Paula Prado, instó a “no mezclar” entre "violencia de género, violencia doméstica y violencia intrafamiliar”.

“El debate sobre lo que es violencia de género y violencia doméstica ya está superado. Y quien no lo superó debería remitirse a 14 o 15 años atrás”, sentenció, y añadió: “Las víctimas de la violencia de género son fundamentalmente mujeres”.

De esta manera, Prado pone tierra de por medio entre la deriva del nuevo argumentario de Casado, quien ha comprado buena parte del discurso de Vox, y la postura del PP gallego.

De hecho, ha subrayado que la formación de Santiago Abascal no modificará la agenda gallega en esta materia puesto que “no está” en el parlamento autonómico.

"No nos vamos a desviar de la línea de trabajo que llevamos desde antes. (...) Esto no debería cambiar, desde el PP de Galicia no va a cambiar la actitud, nuestro objetivo es seguir trabajando para que eso sea una realidad",  concluyó.