<strong>Lucha pacífica y desobediente</strong>
En su libro, reconoce que ha sido militante de ETA y que ha practicado "la lucha armada" durante el franquismo al entender que existían "circunstancias políticas o sociales excepcionales. Sin embargo, añade que "Si hoy alguien me pidiera consejo sobre qué vías de lucha utilizar en cualesquiera circunstancias, le diría con claridad que las vías de lucha pacífica y desobediente, tanto por cuestiones éticas como políticas".
<strong>Momentos de tensión</strong>
Arnaldo Otegi habla también sobre el debate que se produjo en la izquierda abertzale en relación a la práctica del terrorismo y reconoce que "es evidente que existió una crisis porque había dos visiones contrapuestas", aunque destaca que "no se contempló una posible ruptura interna". En concreto relata que "hubo momentos de gran tensión" interna a raíz de los asesinatos del empresario Inaxio Uria, el exconcejal del PSE-EE Isaías Carrasco o la colocación de una bomba en el campus de la universidad navarra del Opus Dei.
<strong>Un giro de 180 grados</strong>
"Nos hicimos cargo de la dirección de la nave -agrega- y viramos, no sin oposición, el timón 180 grados. No fue una tarea fácil, hubo grandes tensiones y un enorme desgaste humano y personal, pero lo importante es comprobar que hoy todos navegamos en el mismo barco y con la misma dirección", relata Otegi en su libro.
<strong>La ruptura del diálogo con el Gobierno de Zapatero</strong>
En otros puntos del libro habla sobre la ruptura del diálogo que mantuvieron Batasuna con el PSOE y el Gobierno español con ETA en mayo de 2007 en Ginebra, y comenta que algunos representantes de la comunidad internacional le aseguraron que el entonces ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, había afirmado que los dirigentes de la izquierda abertzale serían detenidos y encarcelados, como sucedió posteriormente.