La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, no para de sumar críticas por su gestión de la pandemia. Hoy, tras rectificar en lo referente a la obligatoriedad del uso de la mascarilla, ha sorprendido con una nueva ocurrencia: la 'cartilla covid'. No se han hecho esperar las críticas a la popular por su versión del 'pasaporte de inmunidad', una medida estudiada por gobiernos como el de Estados Unidos, Alemania o Reino Unido pero que no ha llegado a implementarse de manera general por los elevados riesgos que conlleva. 

Tanto es así que, ya a finales de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó este método​. Lo hizo por la falta de garantías y evidencias científicas para asegurar que una persona con anticuerpo no pueda volver a infectarse. 

Son varios los factores que generan mas dudas que certezas en ese sentido.  En primer lugar, la cantidad de anticuerpos de un paciente recuperado de coronavirus es muy variable y, en ocasiones, muy baja, lo que supondría una protección insuficiente ante una nueva embestida. Igualmente, tal y como se señalaban entre los 10 argumentos contra el pasaporte de inmunidad publicados en la revista científica Nature, tampoco se conoce la duración del periodo de protección que nos puedan proporcionar los anticuerpos generados de forma natural.  

Por otro lado, creerse inmune sin las suficientes evidencias puede llevar a una mayor relajación de las medidas de protección, lo que "podría aumentar el riesgo de transmisión" a juicio de la OMS.  Tampoco es extraño encontrarse con pruebas erróneas en las que un positivo ofrece resultados negativos o el test de una persona sana ofrece un resultado positivo. 

Además, hay que tener en cuenta que los anticuerpos del nuevo SARS-CoV-2 son difíciles de diferenciar de los provocador por los otros seis coronavirus humanos que se conocen y que pueden provocar gripes comunes.  Nature también señalaba la ingente cantidad de test de seroprevalencia que se requerirían para llevar a cabo una medida como la 'cartilla covid' y el escaso número de supuestos inmunes como para tener un poder real de impulsar la economía.

Entre estos motivos, también se señalaban los problemas de privacidad que puede suponer o el acceso poco equitativo de las distintas clases sociales a este tipo de pruebas y documentos.