En los últimos años, ha surgido un nuevo concepto en urbanismo conocido como "ciudades de 15 minutos". Este término se refiere a la idea de crear comunidades autosuficientes que permitan a los habitantes satisfacer todas sus necesidades básicas, como trabajar, comprar, estudiar y socializar, en un radio de 15 minutos a pie o en bicicleta.

Uno de los puntos más importantes en la concepción de esas ciudades de 15 minutos es la idea de reducir la dependencia de los vehículos de motor. En muchas ciudades, la mayoría de los habitantes necesitan de sus coches para desplazarse por la urbe, lo que aumenta la contaminación del aire y la congestión del tráfico. Al crear comunidades autosuficientes, quienes vivan allí pueden caminar o usar la bicicleta para llegar a sus destinos, lo que reduce la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero producidas por los coches. Además, la reducción del tráfico de vehículos motorizados mejora la calidad del aire y reduce el ruido en las áreas residenciales, lo que incrementa la calidad de vida de los habitantes.

Otro de los principales beneficios de las ciudades de 15 minutos es que fomentan la creación de comunidades más unidas y cohesionadas. Al vivir, trabajar y socializar en un área pequeña, los habitantes tienen más oportunidades de interactuar y conocerse entre sí, lo que puede mejorar la sensación de comunidad y el bienestar de los ciudadanos. Además, las ciudades de 15 minutos también fomentan la diversidad económica y la creación de empleos locales. Al contar con un mayor número de pequeñas empresas y comercios locales, las comunidades pueden diversificar su economía y reducir su dependencia de grandes corporaciones. Esto puede tener un efecto positivo en la resiliencia económica de la comunidad, ya que las empresas locales son más propensas a sobrevivir a las crisis económicas que las grandes corporaciones.

Por último, las ciudades de 15 minutos también pueden tener un efecto positivo en la salud y el bienestar de los habitantes. Al caminar o andar en bicicleta en lugar de conducir, los habitantes pueden aumentar su nivel de actividad física diaria, lo que puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas. Además, la reducción del tráfico de vehículos motorizados también puede reducir la cantidad de accidentes de tráfico y mejorar la seguridad en las calles.

Fue Anne Hidalgo, la alcaldesa de París, una de las primeras políticas en liderar la conversación en torno a este concepto en Europa y demostrar su interés en conseguir implantarlo en la capital francesa. No es de extrañar si se tiene en cuenta que París se ha convertido en una macrociudad en la que de un millón de habitantes tienen que atravesar una distancia más que considerable para acudir a su lugar de trabajo.

El movernos menos para vivir mejor que centra el mensaje y la idea clave de las ciudades de 15 minutos ha llegado ahora a las elecciones municipales de España. En la capital, Más Madrid ha sido el partido que ha abanderado la necesidad de implantar este modelo urbanístico. En concreto, el portavoz de Más Madrid en la campaña municipal al 28M, Eduardo Fernández Rubiño, ha sido quien ha anunciado un plan de 5.500 millones de euros en dos mandatos “para disfrutar del derecho al tiempo, que es probablemente el bien más esencial que se puede tener como sociedad”. Su propósito es evitar que los madrileños lleguen a invertir horas en desplazarse a su lugar de trabajo o en recurrir a algún servicio esencial, algo especialmente común en los barrios que se encuentran fuera de la M-30 o de “la almendra central”.

El candidato a la alcaldía de Oviedo, Gaspar Llamazares, también ha asegurado que conseguir que la ciudad asturiana aplique este modelo es uno de sus mayores compromisos. La descentralización de la Administración municipal a los barrios, la apuesta por el comercio de proximidad y lograr que automóvil ceda el paso al transporte público y peatonal son algunas de las claves que según Llamazares hará que los habitantes tengan tiempo para “disfrutar de lo mejor de Oviedo”.

Mientras la izquierda española reivindica este concepto, la derecha se debate entre asegurar que ya está aplicado o criticarlo por ser un plan “conspiracionista”. Este último argumentario, más bien defendido por la ultraderecha, incide en que la ciudad de los 15 minutos realmente tiene como objetivo “prohibir el coche” y acabar con la libertad de cada uno para desplazarse. También señalan que crear esos vínculos sociales y comunitarios puede derivar en guetos urbanos. Incluso, se ha llegado a asegurar que este concepto supone un encierro de vecinos en los distintos barrios. Carlos Moreno, asesor de la alcaldía de París y el encargado de acuñar el término de “ciudad de 15 minutos”, pone como ejemplo Bogotá, Milán, Buenos Aires y Pontevedra, como ciudades en las que ya está instaurado este modelo y que se caracterizan por la fácil posibilidad de movimiento a pie o en bici, así como por la cercanía de mercados, espacios verdes y servicios sanitarios. Moreno también destaca que no se prohíbe nada ni se encierra a nadie en dichos lugares, desmontando así las teorías ultraconservadoras.