Moreno Bonilla vive entre la queja a los demás y la complacencia sobre lo propio desde que tomó el mando de la Junta de Andalucía. No hay más que asomarse a la hemeroteca de los 1000 días previos a éste para comprobar esa pauta de comportamiento. La realidad, que es muy tozuda, desmiente que sus hechos de gobernante merezcan el aplauso que se da a sí mismo, ni que el compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez con Andalucía merezca el reproche que propaga la derecha andaluza, sino más bien todo lo contrario.

Permítame el lector que haga hoy una narrativa referenciada al ejemplo más cercano en el tiempo de esa constante actitud del presidente de la Junta de Andalucía y en próximas fechas ya haremos un balance general de como Moreno Bonilla pasará -pronto- a la historia por ser un presidente con más pena que gloria, o mejor expresado en lenguaje contable, con más debes que haberes. Pero vayamos a lo último.

La queja más reciente de Moreno Bonilla viene por el reparto de los fondos europeos Next Generation que incluso lleva, con la mayor deslealtad imaginable, a Bruselas en una reclamación de marginación a Andalucía. En la estrategia de Pablo Casado de oposición al Gobierno de Pedro Sánchez se ha sumado Bonilla como un pobre corista cuyo único papel político es sumarse al ridículo al que nos tiene acostumbrado el líder nacional del PP.

Más allá del profundo antipatriotismo de la derecha andaluza y española en ir a Bruselas a criticar a nuestro país, la realidad es que nuestra Comunidad Autónoma es la que más recursos recibe hasta ahora de los fondos europeos, con casi 2000 millones de euros. Insisto, la primera, la que más recibe del Gobierno de Pedro Sánchez, que cumple con Andalucía transfiriéndole lo que le corresponde. La duda que me asalta es que si quien más recibe va a Bruselas a quejarse no sé dónde tendría que irse el presidente de la Comunidad que reciba menos. No hay por dónde cogerlo. O Sí. Veámoslo.

El circo de Casado

¿Y por qué se suma Morena Bonilla al circo de Casado? Muy sencillo, el presidente andaluz trata de ocultar su mala gestión sanitaria con la falsedad de los fondos europeos, usando la clásica estrategia de cuando tienes un problema dentro, busca un enemigo fuera porque el verdadero problema en Andalucía no son esos fondos europeos de los que salimos extraordinariamente bien parados, sino el colapso del Sistema Andaluz de Salud debido a una mala gestión de los recursos disponibles, y cuyas consecuencias sufren sufren tanto los profesionales como los usuarios.

Moreno Bonilla en vez de ir a Bruselas a criticar al Gobierno de España por una falsedad fácilmente desmontable, quizás debería acercarse a algún Centro de Salud a explicarles a sanitarios y ciudadanos que ha despedido a 8.000 sanitarios cuando más falta hacían, o ir a sede parlamentaria a explicar que tiene un superávit presupuestario que no gasta en sanidad cuando más se necesita, o contar en una rueda de prensa por qué no gasta en fortalecer nuestro sistema de salud todos los recursos que el Gobierno de España le ha transferido. Pero no lo hará, no se atreve.

Moreno Bonilla en vez de ir a contar mentiras a Bruselas dejando en mal lugar a nuestro país debería explicar el colapso sanitario andaluz, si es que puede. Porque quizás sea esa incapacidad para explicarlo lo que motive la negativa de las tres derechas andaluzas a convocar un pleno extraordinario este mes de enero en el Parlamento de Andalucía para debatir sobre el asunto. Si un hecho así hubiera pasado con el presidente de España, hubiera sido portada en todos los medios de comunicación, pero en Andalucía apenas se ha conocido ese cerrojazo al Parlamento, que los millones de euros en propaganda que invierte el Gobierno andaluz, no son gratis.

Ignacio López Cano es diputado socialista por Málaga