Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio han sido protagonistas de varias polémicas inmobiliarias. La última la ha publicado este viernes el diario El País. El matrimonio habría construido, entre 2007 y 2008, un bloque de ocho lofts en el solar donde otrora se ubicaba una fábrica de plásticos en pleno corazón de Madrid.

Esta obra no contaba con la pertinente – y necesaria – licencia, según se desvela en la información publicada por el periódico de Prisa. Fuentes de urbanismo consultadas por el propio medio alegan que “no consta la tramitación de ninguna licencia de obra en esas fechas”. La única que existe es una de los años 60 para una nave en una planta baja y una entreplanta.

Para más inri, el matrimonio vendió algunos de estos lofts para su posterior uso como viviendas. Además, tampoco el edificio se encontraba en suelo residencial. Eso sí, Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio no contaban con la cédula de habitabilidad o licencia de ocupación según relatan los compradores de los locales. Incluso el matrimonio estuvo residiendo en una de las viviendas con sus hijos.

Los portavoces de Urbanismo de Madrid afirman que este suelo es industrial y no se tiene constancia alguna de la tramitación de licencias o declaración para su conversión en residencial. “Ahí no puede vivir gente”, ratifican los portavoces.

Dos solicitudes denegadas

Sin embargo, a través de un portavoz, el matrimonio Espinosa de los Monteros-Monasterio asegura que la obra contaba con la licencia pertinente, aunque no especifican de cuál se trata. En resumen, “todo se hizo conforme a la legalidad”. No obstante, el uso del suelo no era terciario y necesitaba de una nueva licencia de actividad.

Según El País, no se trató de una reforma más, sino de una obra de gran envergadura puesto que se demolió el edificio íntegro, se vaciaron sus entrañas y tan sólo permaneció intacta su fachada. “Se vendieron como locales, no como viviendas, lo que haya hecho luego con ellos la gente que los compró es cosa suya”, sentencian desde el entorno del matrimonio.

Rocío Monasterio se interesó por el edificio en 2003 y en mayo de 2007, la promotora de su marido, Metaphore Projects SL, solicitó el permiso de limpieza del mismo y de la retirada de las máquinas que en el descansaban. No se les concedió por no cumplir con los trámites y el plazo expiró en noviembre de ese mismo año.

Poco tiempo después, el matrimonio volvió a requerir una licencia, esta vez de acondicionamiento de instalaciones. No obstante, también fue denegada por el mismo motivo. Se cerró en abril de 2009 al vencer los plazos. De hecho, recibieron el dinero que adelantaron para ambas licencias.

Pero no contar con estas licencias no frenó a los Espinosa de los Monteros-Monasterio pues, antes de que se cerrasen las solicitudes, las viviendas ya estaban construidas y, en septiembre de 2008, el portavoz de Vox en el Congreso en la pasada legislatura ya enviaba correos a los propietarios anunciándoles que “ya estamos todos más o menos establecidos”.

El matrimonio hoy de Vox no realizó ningún trámite más para iniciar una obra de tamaña magnitud. En el expediente municipal deberían constar todas las licencias y no aparece ninguna de ellas. La familia, al ser preguntada por estos hechos, ha rechazado arrojar luz sobre el asunto y no esclarecen por qué no el expediente no recoge licencia alguna.

Insisten en que todo el procedimiento es perfectamente legal, pero para el Ayuntamiento de Madrid sigue siendo una fábrica. No obstante, desde 2008, es un edificio con vecinos y oficinas.