El PSOE ha celebrado este lunes una jornada de tregua en los momentos convulsos que está viviendo. Incluso ha ido ha ido más allá de la bandera blanca con una reivindicación de las siglas y más concretamente de los logros sociales peleados por la formación. Los parlamentarios socialistas, también representantes de la facción crítica de 'no es no' como Zaida Cantera u Odón Elorza que han llegado juntos, se han dado cita en un acto de su grupo en el Congreso para conmemorar el décimo aniversario de la Ley de Dependencia. El expresidente José Luis Zapatero y el ex ministro Jesús Caldera, impulsores políticos de aquella ley, han sido los protagonistas del acto en el que tambien han intervenido, entre otros, el presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) , Luis Cayo.

Jornada de "autoestima" sobre logros conseguidos

Zapatero ha llegado arropado por el presidente de la gestora, Javier Fernández, que a pesar de no ser diputado ha acudido a dar la transcedencia que este foro tenía para el partido para reivindicar su papel en conquistas sociales. El portavoz Antonio Hernando ha hecho un guiño a aquellos tiempos al hablar de la Ley de Dependencia como un motivo de orgullo para la formación y recordando que habían pasado "muy buenos momentos" en el Parlamento, instando ahora a "revitalizar" aquel logro. Así, se habló también de legislar derechos que tienen los ciudadanos, de no permitir que la crisis sea excusa para cercenar el Estado de Bienestar o del hecho de que una ley de cobertura social también puede ser positiva económicamente como nació la Dependencia. Caldera resumió el sentido del acto al hablar de la "autoestima" que debe suponer para las plataformas que participaron de la ley el hecho de que saliera adelante. Zapatero reivindicó el consenso con el que nació aquella ley, instó al Gobierno actual de dotarla de financiación suficiente y reivindicó el "patriotismo social" como eje para vertebrar el proyecto de cualquier país. 

Durante su intervención en el acto del Congreso, Zapatero aseguró que no forma parte de la cultura de este país "las tareas de reconocimiento" aunque cuando se producen son "muy intensas". Subrayó que la Ley de Dependencia se sacó adelante "con un gran consenso" y ahí "el método de trabajo es esencial. En el final de su intervención a los parlamentarios socialistas y basándose en "lo que he vivido" lanzó un mensaje de "optimismo irreversible" respecto al futuro. 

Las fricciones internas, también presentes

El optimismo de Zapatero parecía un mensaje en clave interna, pero durante el acto la crisis socialista quedó visiblemente aparcada. Los aplausos fueron mayoritarios y la satisfacción de buena parte de los diputados también. El expresidente no quiso entrar en el debate interno al ser abordado por los periodistas aunque ante los diputados se declaró como "buen amigo desde hace muchos años" del presidente de la gestora con el que comparte "carácter astur-leonés". En los pasillos la división fue mucho más visible. Antonio Miguel Carmona defendió que la secretaría general recaiga en una mujer, un guiño a Susana Díaz. Mientras, la 'sanchista' Zaida Cantera no quiso entrar en las informaciones que apuntan a que los críticos estarían sopesando que Pedro Sánchez no fuera el candidato y apuntó que lo que quiere es que decidan los militantes el rumbo del partido, "no como está pasando ahora". Lanzó también un recado apuntando que estaba allí porque el grupo socialista había convocado a los diputados diciéndoles que su presencia era "inexcusable". Por su parte, Ramón Jáuregui también llegó al acto acompañando a Zapatero y al presidente de la gestora y negó, como apuntan algunos medios, que pueda liderar alguna tercera vía intermedia entre Susana Díaz y Pedro Sánchez: "Eso seguro que no".