Este lunes ha dado comienzo a una semana decisiva para el futuro de España. Quedan 72 horas para que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se enfrenten al primer gran examen de la legislatura con la constitución de las Cortes y todo está aún por decidirse. Tanto el PSOE como el Partido Popular continúan negociando sin luz ni taquígrafos con sus correspondientes aliados para intentar adelantar al otro primero en la presidencia de la Mesa, un escenario que marcará los bloques y los pactos de cara a la futura investidura.

Relacionado Termómetro de los pactos por la Mesa: el PSOE gana ventaja frente a un PP encallado en el PNV

Los tiempos también corren para esta cita ya que, una vez las cámaras estén formadas, el rey Felipe VI tendrá que decantarse por un candidato u otro para encomendarle la tarea de formar un gobierno. Todo sin un manual de instrucciones ya que este marco es completamente nuevo en la historia de la democracia. Y en ese encaje de bolillos, mientras los socialistas avanzan en sus conversaciones con ERC y EH Bildu, los populares miran con ilusión a Coalición Canaria a la espera de un giro en sus manifestaciones. Mientras tanto, Junts presiona y pone precio a su apoyo.

A 72 horas del primer examen

A tres días de que la legislatura eche a andar, la estrategia de los partidos se diferencian entre quienes quieren llevar las conversaciones con total discreción y aquellos que ya han asomado la patita por debajo de la puerta. El reloj de arena de Ferraz y Génova continúa vaciándose y sus cúpulas miran al resto de formaciones con la esperanza de ir despejando incógnitas conforme vayan pasando las horas, pero más pronto que tarde. Y es que en la pugna por la dirección de la Mesa, las opciones se decantan más por que los socialistas repitan al frente del Congreso, eso sí, sin Meritxell Batet a la cabeza. Para ello, los de Sánchez siguen buscando el apoyo de Junts, clave tanto para la presidencia de este órgano como para la legislatura. Sin embargo, los de Carles Puigdemont no lo van a poner fácil.

De hecho la mañana y la semana ha comenzado con un embiste del expresidente de la Generalitat y líder de Junts per Catalunya, quien ha subido la presión a Sánchez advirtiendo de que "encarar una negociación a través de declaraciones públicas" no es su opción. "A medida que se acercan días decisivos, como este próximo 17, crece el nerviosismo y sube la subasta. Y se disparan las especulaciones", ha señalado en un mensaje a través de su perfil oficial de Twitter, donde ha pedido "paciencia, perseverancia y perspectiva". Tres palabras que parecen dedicadas no solo al secretario general del PSOE sino también a su electorado, ante el que se quiere presentar como adalid del independentismo. De hecho este mismo fin de semana desde sus filas han puesto como contrapartida a su en la votación un "brexit catalán".

En sus manos está que el órgano de dirección del Congreso recaiga en manos de Sánchez y esto lo sabe -y lo aprovecha- Puigdemont. De hecho, la formación va a extender al máximo los plazos y se va a reunir el mismo jueves por la mañana para decidir su postura en la votación. Y es que si el dirigente del PSOE no consigue su apoyo y se da la situación de que Coalición Canaria se decanta por Feijóo, la Mesa podría ser conquistada por los populares, con todo lo que ello supondría no solo para el reparto de los puestos en la bancada del frente del Hemiciclo sino para establecer los bloques de cara a la investidura. Entre tanto, el resto de partidos como Sumar, PNV o Vox buscan mantener sus asientos en la presidencia al tiempo que equilibrar la balanza a la izquierda en los dos primeros casos y a la derecha en el último. 

El PSOE avanza en silencio

El PSOE ve en la constitución de las Cortes el primer paso para la conformación de un Gobierno y de nuevos bloques con el objetivo de neutralizar la mayoría absoluta del PP en el Senado. Para ello su objetivo es mantener el control del Congreso sin perder de vista la investidura. "Primera parada, día 17", aseguran desde el entorno de la Ejecutiva Federal a ElPlural.com sin dar mayor detalle de las conversaciones. De hecho piden "prudencia" y "discreción", en palabras este lunes de Pilar Alegría. Y es que los socialistas continúan con las negociaciones para retener cinco de los nueve puestos totales de la Mesa que tienen pasando por la presidencia. Todo con un PP que percute en la idea de que el reparto de este órgano debe ser reflejo de los resultados de las urnas el 23 de julio.

Relacionado Patxi López reclama a Feijóo que publique sus ingresos y deje de "mentir" y "ocultar" su patrimonio

Pero Sánchez sigue su camino negociando con aparente éxito con los de ERC, muy predispuestos a desbloquear la situación poniendo peso en la balanza de la izquierda especialmente para contrarrestar el empuje de la derecha y la ultraderecha. A su juicio, la cita del jueves "es una ocasión de oro" que no deberían "desaprovechar" aunque su secretaria general, Marta Rovirá, quiso avisar al PSOE de que "no se puede dar por descontados los votos". Sus compañeros independentistas se muestran mucho más opacos y herméticos, al menos hasta las palabras de Puigdemont. Lo que no se descarta hasta ahora es que tanto Esquerra como Junts exijan contar con un grupo propio siguiendo la "tradición" así como que pongan sobre la mesa la cita con las urnas separatistas en la región.

EH Bildu defiende una "mayoría progresista"

Los socialistas también avanzan en las conversaciones con EH Bildu, que siempre se ha mostrado activo para facilitar una mayoría progresista tanto en lo que a la Mesa se refiere como a la investidura. En este concepto ha percutido este lunes también la portavoz de los vascos, Mertxe Aizpurua, desde la sala de prensa del Congreso tras recoger las actas. En esta comparecencia no solo ha sacado pecho del "magnífico resultado" en las urnas del pasado 23 de julio sino que ha reivindicado que gracias a su formación como al sobernanismo catalán se ha podido "cerrar las puertas a la derechas y fortalecer el independentismo de izquierda". "Nuestra voluntad sigue siendo favorable para un gobierno progresista que pueda avanzar en ello", ha sostenido la portavoz de los abertzales.

"Desde EH Bildu trabajaremos con prudencia, responsabilidad y discreción, trabajaremos por una mayoría de izquierdas plurinacional" ha sostenido antes de trasladar este deseo también a la Mesa, que esperan que "refleje la mayoría progresista" del Congreso para "dar cauce a los debates que deberán producirse" en la legislatura. Aizpurua ha dado cuenta de una nueva reunión que van a mantener este lunes con los socialistas pero sí ha sostenido que las negociaciones "van bien" y que está "segura de que van a llegar a buen puerto". Los vascos afirman haber contactado con Junts aunque evitan decantarse por su actuación al tiempo que aseguran que no han puesto "líneas rojas", solo cuestiones que "no son inasumibles" y pasan por aspectos fundamentalmente técnicos.

El PP mira a Coalición Canaria y al PNV

En Génova, sin embargo, miran a Canarias y al País Vasco. Los de Feijóo no abandonan la idea de conquistar al PNV pese al muro que Andoni Ortuzar y su equipo han evidenciado desde la misma noche electoral. Los nacionalistas vascos han negado su apoyo en varias ocasiones pero los populares insisten en distinguir la batalla por convertir a su líder en presidente de la lucha por la Presidencia de las Cortes y no tiran la toalla. Para ello buscan convencer a los peneuvistas para que den su sí con un puesto en el órgano parlamentario, un asiento que no ostentan desde la segunda legislatura del socialista José Luis Rodríguez Zapatero en la secretaría segunda de la Mesa. 

Junto a los de Aitor Esteban se encuentran los canarios de Fernando Clavijo, que se ha deshecho en halagos con los primeros en una entrevista publicada este fin de semana en La vanguardia. El líder de Coalición Canaria ha asegurado tener al PNV como "un referente" e incluso llegó a proponer que la presidencia de la Cámara Baja recalara en sus filas. Pero los canarios son conscientes también de que ellos mismo son decisivos tanto para la constitución de las Cortes como para la investidura tanto de Feijóo como de Sánchez. Clavijo ha celebrado el paso atrás de Vox para dejar el camino despejado al líder popular al tiempo que tampoco ha rechazado apoyar al dirigente socialista, con quien tiene una "buena" relación, en pro de alejar a los "extremismos". 

Un equilibrio de bloques

Por eso, mientras el PSOE apuntala el apoyo de ERC y del PNV e intenta afianzar el de Junts, los populares esperan a Coalición Canaria y los vascos, a quien insisten en asegurar que una alianza para la mesa no tiene nada que ver con un posterior sustento de la investidura. Y es que para el devenir de Feijóo es clave el asiento canario, que le haría llegar hasta los 172 síes junto a los que ya tiene seguros de Vox y UPN. Sánchez, por su parte, cuenta con 171 junto a Sumar, ERC, EH Bildu, PNV y el BNG. El futuro de los bloques está en las islas. Así, la intención de Génova es lograr al menos que los de Aitor Esteban opten por la abstención, lo que les permitiría alcanzar la presidencia de la Mesa siempre y cuando los de ERC también se abstengan o emitan votos nulos, algo que parece muy improbable.