Semana de infarto para que la nueva legislatura eche a andar y las formaciones continúan elevando el tono de las negociaciones. El expresidente de la Generalitat y líder de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, ha abierto fuego este lunes subiendo la presión al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a quien ha advertido de que "encarar una negociación a través de declaraciones públicas" no es su opción. "A medida que se acercan días decisivos, como este próximo 17, crece el nerviosismo y sube la subasta. Y se disparan las especulaciones", ha señalado a través de un tuit publicado a primera hora de la mañana, a 72 horas de una votación determinante para la constitución de las Cortes, especialmente de la Mesa.

Puigdemont presiona al PSOE

"Afrontar una negociación a través de declaraciones públicas no es nuestra opción. Quizá por eso, a medida que se acercan días decisivos, como este próximo 17, crece el nerviosismo y sube la subasta. Y se disparan las especulaciones", ha sostenido en catalán el dirigente independentista a través de su cuenta oficial de Twitter, ahora llamado X, en el que ha pedido "paciencia, perseverancia y perspectiva" en una semana clave para la conformación del próximo Gobierno. Y es que los resultados de las pasadas elecciones generales del 23 de julio han dejado un escenario donde el Partido Popular, pese a ganar los comicios en votos y escaños, tiene complicado gobernar y un PSOE que depende en cierta medida de los independentistas catalanes.

El primer examen tanto para Alberto Núñez Feijóo como para Sánchez es precisamente este jueves, cuando está previsto que se celebre una votación para elegir la presidencia de la Mesa del Congreso. También será cuando los diputados sean de pleno derecho con la jura de la Constitución y se dé el paso inicial para la investidura. Entonces el rey Felipe VI tendrá que llamar a uno de los candidatos -no se sabe a cuál- para encomendarles la tarea de intentar aglutinar una mayoría suficiente en la Cámara Baja que le permita la formación de un Ejecutivo. Y es que esta primera cita no solo pone a andar la nueva etapa del poder legislativo, sino que mantiene en vilo a las formaciones.

Junts, la clave para el próximo gobierno

La intención de los dos grupos mayoritarios es hacerse con la dirección del órgano, por lo que pretenden extender al máximo las conversaciones. Y aquí juega un papel fundamental Junts per Catalunya, formación que lidera Puigdemont y quien tiene la llave para inclinar la balanza a un lado o al otro. El dirigente independentista quiere posicionarse como líder del soberanismo en su región frente a ERC, que ha perdido fuelle en los últimos comicios, quizá por su apoyo a Sánchez a lo largo de estos cuatro años para sacar adelante algunas medidas sociales. No lo hizo, por ejemplo, con la reforma laboral. Por eso, ahora el huido a Waterloo busca adelantarse y mandar un mensaje a su electorado y a Sánchez: conmigo no a cualquier precio.

Ante esta situación, los de Junts están elevando el tono de las negociaciones, pidiendo un "brexit catalán" como punto de partida del diálogo con el PSOE para investir al secretario general de los socialistas. Así lo ha dicho este fin de semana su diputado autonómico Antoni Castellà, quien ha puesto como condición o un referéndum de autodeterminación o la repetición de las elecciones. Con estas palabras Castellà ha roto el silencio impuesto por la formación, un mutis que ha decidido terminar de dinamitar el propio Puigdemont este lunes con este desafío. Ahora Sánchez se encuentra en dos escenarios: que Coalición Canaria diga sí a su investidura y por lo tanto solo se necesite la abstención de los catalanes, o que los canarios se abstengan y por lo tanto se necesite el apoyo expreso de los de Puigdemont.

Pero primero la Mesa del Congreso. El Partido Popular mira con esperanza a los canarios -con quienes gobiernan en coalición en las islas- para que se decanten por Alberto Núñez Feijóo. Eso pasa por negociar la llamada "agenda canaria" y sus exigencias, sin embargo, no lo ven especialmente difícil. Con todo, estos no han cerrado la puerta a apoyar a Sánchez en la medida en la que avancen las negociaciones. También siguen insistiendo en el PNV, que ha dado un nuevo portazo a la opción de investir al líder popular pero al que intentan convencer separando el Ejecutivo de la dirección del Congreso. De hecho, le ofrecen un puesto de los cuatro que les correspondería. El PSOE, por su parte, están acercando posturas con ERC, eso sí, desde el secretismo.