El curso parlamentario de 2023 ya está en marcha. El último de la legislatura. En el horizonte ya se otean las largas y previsiblemente convulsas campañas electorales. La piedra de toque es mayo, con las autonómicas y municipales, y en diciembre, las generales. Un partido que se jugará en dos tiempos y para el que la izquierda se guarda un as para la segunda cita: Yolanda Díaz. Sumar no llega a tiempo para los comicios de primavera y, de hecho, la ministra de Trabajo aún no se ha postulado como candidata. Según informa José Enrique Monrosi en eldiario.es, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha apremiado a su vicepresidenta segunda a cerrar un pacto con Podemos y todas las fuerzas a la izquierda del PSOE a la mayor celeridad posible. Ardua tarea. No solo por las reservas de Podemos a diluirse, sino porque Díaz pretende aglutinar a más de una decena de partidos de arraigo regional.

La plataforma de Díaz continúa su gira por diversos puntos del territorio nacional organizando encuentros sectoriales con expertos y con la sociedad civil. Lo único oficial que ha trascendido son los ejes programáticos: Sanidad, Vivienda y una política laboral conciliable con la vida. Nada de perfiles, de cómo serán las listas, de formaciones afines… El espacio progresista en su conjunto se limita a pedir a Díaz que anuncie su candidatura pues, a día de hoy, todos los partidos focalizan sus esfuerzos en las elecciones autonómicas y municipales. Es por ello por lo que, según las fuentes consultadas, será complicado -que no descartable- que se rubrique un acuerdo marco sobre Sumar antes de junio.

Podemos pide a Díaz que aclare ya si va a ser la candidata y qué clase de vínculo propone o qué rol ha reservado para ellos

Díaz quiere absorber a Podemos. Tanto a sus votantes, como a sus equipos y círculos. Pero los morados imponen una serie de condiciones. Pablo Iglesias, exsecretario general, exigió “respeto”, un alegato que la actual líder, Ione Belarra, traduce. Quieren ser el ente sobre el que pivoten el resto de partidos. El epicentro de la confluencia. Un alto precio para un verso como Díaz, que pretende ser libre. “Un puntal” que “vuele sin plomo en las alas”, como refirió la líder de Más Madrid, Mónica García, una de las fuerzas susceptibles de integrar el conglomerado.

Una mesa de muchos partidos

Podemos es el primer partido a la izquierda del PSOE y no se entendería Sumar sin el tinte morado. Belarra, Irene Montero, Pablo Echenique y compañía reclaman a la ministra de Trabajo que aclare ya si va a ser la candidata y qué clase de vínculo propone o qué rol ha reservado para ellos. En los últimos días sí que se han hecho esfuerzos para destensar. El posado de Irene Montero junto a Díaz en mitad del hemiciclo el pasado martes invita al deshielo. Llevaban desde antes de verano sin posar juntas y las fotografías entre los principales rostros de cada facción no es que sean frecuentes precisamente.

Izquierda Unida y los Comunes, familias que pertenecen a Unidas Podemos, son mucho más proclives. Tanto, que a día de hoy, Sumar se apoya en ambas fundamentalmente. La Coordinadora Federal de IU aprobó la propuesta de Alberto Garzón de solicitar formalmente a Díaz a articular una mesa de partidos para ultimar Sumar con todos los que aspiren a ayudar. La iniciativa ha sido bien recibida por la gallega y por el conjunto de los interpelados, a excepción de Podemos, que no la rechazaron pero sí se mostraron más cautos, exigiendo a Díaz que, primero aclarase si liderará la candidatura y qué forma adoptará la plataforma.

A Podemos, Izquierda Unida, Comunes habría que sumarle Alianza Verde, fundada por Juan Antonio López de Uralde, quien desde hace semanas defiende la necesidad de una candidatura “unitaria”.

Compromís fue también uno de los primeros que aceptó de buena gana la mesa de partidos. Joan Baldoví, diputado nacional y candidato (aún en primarias) a la Generalitat Valenciana razonó que están dispuestos a “hablar con quien quiera y cuando quiera” porque “hay que empezar a definir y a decidir qué es lo que queremos ser de mayores”. Los valencianos atesoran una buena relación con Más País, liderado por Íñigo Errejón. Ya concurrieron de forma conjunta en las pasadas elecciones y forman parte del reciente Acuerdo del Turia, en el que también están la Chunta Aragonesista, Més por Mallorca, Verdes Equo y el último fichaje, Alberto Rodríguez y su Proyecto Drago.

Díaz aspira a seducir a todos ellos. Más País y su facción madrileña, Más Madrid, aún no han tomado una decisión. Apuestan por la “ayuda mutua”, pero esperan mantener la independencia. La relación es buena y proclive al entendimiento. Buen ejemplo de ello es que el presidente del grupo parlamentario en la Asamblea de Madrid, Eduardo Rubiño, participó en un acto de Sumar sobre derechos y libertades del colectivo LGTBIQ+.

Son muchos los partidos y más aún las sensibilidades. Hilvanar un acuerdo de confluencia será complicado. Y no será el paso más difícil. La elaboración de las listas anticipa un cruento pulso. Sobre la mesa, la propuesta de IU que ha respaldado Podemos de primarias abiertas.