Entre los primeros en protestar estuvo Carlos E. Cué, periodista de El País especializado en la información sobre el partido conservador, que criticó la decisión en su blog nada más ver el briefing de campaña. Sin embargo, reconocía que la falta de declaraciones de Rajoy es ya una "rutina": "Los que le seguimos habitualmente protestamos bastante por estas cosas, pero agota darse contra una pared".

Una estrategia inteligente
Cué recuerda que en la anterior campaña "hubo un solo encuentro con Rajoy". "Es una estrategia inteligente, que funciona, dicen los suyos. Una forma de no arriesgar, de no entrar a los temas que no quieres entrar", explica el periodista de El País, porque en el PP están convencidos de que "la única manera de perder unas elecciones que tienes ganadas es cometer errores".

Como en China
En Internet ha corrido como la pólvora hoy un artículo de Raúl Solís publicado en el diario Montilla Digital y titulado No hay preguntas en el que resalta que "por primera vez en democracia, los periodistas no podrán hacer preguntas a un candidato a la Presidencia del Gobierno de España". Para Solís, lo que Rajoy hace es "onanismo político" y "vulnera" el derecho a la información de los ciudadanos que se recoge en la Constitución Española, colocándole a la altura de "los dictadores de China, Cuba, Marruecos o Corea del Norte".

Cospedal como modelo
Para Solís, la decisión de Rajoy "guarda relación con la actitud chulesca y censuradora de Dolores de Cospedal a raíz de ser entrevistada por Ana Pastor" al considerar que la periodista de TVE no es “objetiva ni imparcial”. El articulista se despide con un consejo para el PP: "No estaría de más que Rajoy y sus compañeros recordaran el papel fundamental que ha jugado la prensa y sus profesionales en la conquista de las libertades" que recoge la Carta Magna de 1978.

"Qué opina el ser humano Rajoy"
Igual de dura se muestra la periodista Pilar Garcés en un artículo publicado en el Diario de Mallorca, titulado No hay preguntas, donde denuncia que "todo lo que sepamos de lo que le corre por dentro" a Rajoy durante la campaña "será producto de las mentes de sus publicistas, estrategas, asesores y colaboradores". Así, los votantes no sabrán nunca nada "de qué opina el ser humano Rajoy", pero, eso sí, tendrán "una idea meridianamente clara de que el difuso producto denominado Rajoy es lo que conviene".

El candidato/avatar
Aunque no todo son malas noticias, porque "puede usted mandar sus preguntas a las diversas redes sociales, que el candidato/avatar las responderá con mucho gusto y con un grado de vaguedad que seguro que dejará a todo el mundo bien satisfecho", critica Garcés.

Toda una tradición
Aunque es cierto que Mariano Rajoy no ha sido nunca dado a las preguntas de los periodistas -algo que quedó muy claro durante el punto álgido del Caso Gürtel-, la tradición viene de mucho antes. Concretamente, de su primera vez como candidato a La Moncloa, en 2004. Dos meses antes de los comicios que perdería contra Zapatero, Rajoy se quedó mudo y su jefe de campaña, Gabriel Elorriaga, aseguró que "no está previsto en este momento que se concedan" más ruedas de prensa. En aquel entonces, Pilar Marcos contaba en El País que "lo habitual, en los actos de precampaña que ha celebrado hasta ahora, es que [Rajoy] pronuncie un discurso sobre la propuesta que presenta ese día y se despida amablemente de los asistentes y de los periodistas". Exactamente lo mismo que lleva haciendo casi ocho años. Lo dicho. Un hombre de costumbres.