La explicación más lógica para entender lo sucedido este jueves en el Congreso de los Diputados es que José Luis Cuerda estuviera dirigiéndolo todo desde el más allá y la aprobación de la reforma laboral fuera una escena póstuma de Amanece que no es poco.

En primer lugar, nos encontrábamos ante la primera reforma laboral que había conseguido poner de acuerdo a Gobierno, sindicatos y patronal (incluso FAES y Aznar habían afeado la negativa de Casado). Un hecho que debería haber unido a los grandes partidos, ya que se trata de un documento que podría haber impulsado perfectamente el PP. De ahí el rechazo de una parte de la izquierda y el apoyo de Cs.

PP y Vox habían conseguido convencer a dos diputados de UPN para traicionar a su partido, los cuales se habían comprometido a votar a favor del texto del Gobierno y respetar la disciplina interna. De hecho, tanto Sergio Sayas como Carlos García Adanero habían dicho durante toda la jornada que votarían a favor. Mentían. En un primer momento, la derecha estalló en júbilo y Sánchez pidió calma al estilo CR7 en el Camp Nou. Pero esto es España. Algo había pasado. Un fallo en el voto por parte de un diputado del PP convirtió en estéril el suicidio de los dos navarros y la derecha ya no rió. Entonces, Sánchez, Díaz y Calviño se fundieron en un abrazo. Había reforma laboral.

Parece irreal pero es así: a Yolanda Díaz le han dado la espalda sus socios de izquierdas, se ha salvado gracias a Ciudadanos, a pesar de dos tránsfugas y porque un político que cobra más de 86.000 euros al año no ha sido capaz de dar dos veces bien a un botón. Sin olvidar la falta de sororidad de Irene Montero y Ione Belarra, que no fueron capaces de acercarse a felicitar a su compañera y jefa de partido. Pero qué más da. Había ganado. Yolanda Díaz abrazando la fórmula Sánchez. Aunque parezca que todo está perdido, sin saber muy bien cómo, ganas.

El contenido de la reforma laboral y en qué puntos ayuda a la clase trabajadora se ha alejado del debate y una vez más, el espectáculo político es lo que cuenta.

Teniendo en consideración todo lo sucedido y sin olvidarnos de las elecciones en Castilla y León, las empresas demoscópicas continúan publicando informes. Tras el análisis de los estudios emitidos por Electomanía, IMPOP, NC Report y ElPlural.com y elaborar un promedio de todos sus datos, llega una nueva edición de la madre de todas las encuestas.

Intención de voto

Tal y como refleja el estudio de ElPlural.comel PSOE consigue volver a imponerse ligeramente a un PP que está en pleno retroceso electoral y no vive su mejor momento. De esta manera, Pedro Sánchez se sitúa en cabeza, por delante de un Pablo Casado que inicia el 2022 confirmando los malos datos con los que dijo adiós al 2021 y desperdiciando toda la ventaja electoral que Isabel Díaz Ayuso le entregó en bandeja tras su rotundo éxito en las elecciones en la Comunidad de Madrid. En concreto, en el caso de celebrarse hoy en día elecciones, el PSOE se haría con el 25,3% de los votos y el PP con el 24,5%. Malas noticias para Génova.

Por otra parte, la ultraderecha acecha sin parar y se encuentra en un peligroso 18,3%, comiendo cada día más espacio electoral al PP. De hecho, una encuesta de este viernes le daba más de 80 escaños. Si Casado tiene problemas con el PSOE, también los tiene con Vox. La derecha populista está cada vez más asentada en la tercera plaza y pone su objetivo en alcanzar al PP. ¿Será capaz Santiago Abascal de conseguir el tan ansiado sorpasso?

Finalmente, Unidas Podemos se quedaría en el 12%, Inés Arrimadas estaría en mínimos históricos con un 3,1% e Íñigo Errejón tendría que conformarse con el 2,2% de los votos. 

Escaños

En cuanto al reparto de escaños, a pesar de la victoria socialista, los de Pedro Sánchez obtendrían 99 escaños y el PP 101. Una batalla trepidante a menos de dos años de las próximas elecciones generales en España. Por su parte, Vox demuestra su crecimiento y llegaría a los 69 asientos.

Por último, el resultado de Unidas Podemos haría que la formación morada consiguiese 32 escaños y Ciudadanos solo 1, lo que dejaría en una posición de extrema debilidad a Inés Arrimadas. Quien mejoraría su papel en las elecciones sería Íñigo Errejón, ya que Más País pasaría de 2 a 4 diputados.