No sólo de Castilla y León se alimentan los partidos políticos. Todas las fuerzas políticas tienen sus dos ojos puestos en las elecciones del 13 de febrero, que algunos entienden en clave nacional. Pero también hacen hueco a algunos sondeos que arroja proyecciones en torno a Moncloa. La web especializada Electomanía ha publicado su habitual ‘Electopanel’ cuyos resultados dibujan un escenario catastrófico para el Partido Popular, que no solo retrocedería hasta la segunda posición, sino que también vería esta amenaza por un posible sorpasso de Vox.

Según la encuesta de Electomanía, el PSOE de Pedro Sánchez recuperaría la iniciativa, derrotando a un depresivo Partido Popular. Los socialistas se alzarían con la victoria en las urnas, aglutinando el 24,6% de los votos y 95 asientos. El principal partido del Gobierno bajaría de la centena de parlamentarios, manteniendo su tendencia a la baja, debido, en gran parte, a una acentuada recuperación de Unidas Podemos.

Pero si hay que hablar de tendencia bajista hay que detenerse en el Partido Popular. Los conservadores no levantan cabeza. El final de 2021 y el principio de este 2022 han afianzado el via crucis de un Pablo Casado que intentó revertir la tendencia a través de Alfonso Fernández Mañueco, adelantando los comicios en Castilla y León y, como ya hiciera en Madrid, aprovecharse de la presunta inercia.

Las elecciones del 13 de febrero tampoco están ayudando al Partido Popular. Las elevadas expectativas marcadas provocan que prácticamente cualquier resultado se interprete como un fracaso y no sólo en el ámbito territorial, sino también en la esfera nacional. La formación conservadora no ha obtenido ningún rédito del adelanto, sino que ha confirmado su tendencia a la baja hasta situarse tres puntos por debajo de los socialistas (21,7%), amén de adelgazar su grupo parlamentario hasta los 85 diputados.

Las malas noticias no cesan para los intereses conservadores. Estos malos resultados se tornan en pésimos al comprobar el inusitado crecimiento de Vox. La ultraderecha engorda sus filas hasta situarse a menos de un punto del Partido Popular. Para más inri, la formación de Casado tan sólo aventajaría en dos diputados a una ultraderecha revitalizada, pero con los pies en la tierra, tal y como ha señalado su líder, Santiago Abascal.

Si Vox se aprovecha de los bandazos del Partido Popular, Unidas Podemos hace lo propio con el PSOE. Yolanda Díaz ha lavado la cara a la formación morada desde que se asumió que lideraría la candidatura en unas próximas elecciones. La labor al frente del Ministerio de Trabajo, sumada a la convalidación – afortunada o no – de la reforma laboral, ha arañado algunos de los votos que se marcharon al PSOE, situándose a tres escaños de los 40 y se detiene en el 13% de los sufragios.