La resistencia de Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, a dimitir tras su bochornosa gestiñon de la DANA, pesa día a día sobre el Partido Popular. Un cese del líder valenciano que comió con una periodista para ofrecerla la televisión pública regional y hizo caso omiso de los avisos ante una de las mayores catástrofes climáticas de la historia de España, sería entonar un mea culpa para el PP. Un mea culpa necesario por higiene democrática, pero enormemente perjudicial para los intereses de los conservadores. Feijóo no puede permitirse el lujo de perder una de sus joyas de la corona, a pesar de las gravísimas consecuencias de la DANA.
¿Qué está haciendo Mazón? Escurrir el bulto y buscar culpables que puedan exonerarle a él. La consellera de Justicia, Salomé Pradas, responsable del sistema de emergencias, ha sido una de las principales señaladas, aunque la situación podría tomar un giro judicial si se decide que hubo negligencia. Aunque los responsables directos del desastre podrían enfrentarse a consecuencias penales, el caso no es sencillo y dependerá de las investigaciones. Existen precedentes de tragedias similares en España donde se imputaron responsabilidades a autoridades y, en algunos casos, se impusieron penas de cárcel o multas.
Mazón podría verse implicado por su ausencia durante la crisis, ya que mientras la DANA causaba estragos, él estuvo en una comida con la periodista Maribel Vilaplana, dejando en manos de Pradas la gestión de la situación. En este contexto, algunos expertos señalan que podría haber consecuencias legales para Mazón si se demuestra que no asumió su responsabilidad al delegar decisiones críticas.
Para más inri, el caso de la gestión del Gobierno autonómico con la DANA se podría enmarcar en aquel homicidio imprudente que se produce cuando el autor de los hechos omite el deber de cuidado que debía observar según las circunstancias y la naturaleza de la actividad que realizada. En este caso la imprudencia es calificada como grave; y el autor o autores de la misma puede ser castigado por una pena de entre uno y cuatro años de prisión. Cada minuto que pasa Mazón al frente de la Comunidad Valenciana, es un pellizco al sistema democrático.
Por otro lado, la derecha mediática está aupando a Víctor de Aldama, presunto protagonista de la trama Koldo. Durante este viernes, Aldama ha acaparado titulares tras su declaración en la Audiencia Nacional, donde salpicó a varios dirigentes del PSOE, incluyendo al presidente Pedro Sánchez. En su testimonio, Aldama aseguró haber entregado sumas de dinero a varios miembros del Gobierno y señaló, entre otros, al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y a figuras como José Luis Ábalos y Ángel Víctor Torres, a quienes habría financiado durante la pandemia. Además, afirmó que la famosa foto con Sánchez fue solicitada por el presidente en reconocimiento a sus gestiones en México.
Aunque Aldama presentó estas acusaciones, Sánchez las desmintió rotundamente, calificándolas de mentiras y señalando que formaban parte de una estrategia de defensa del empresario. El PSOE, por su parte, ha anunciado que llevará a Aldama a los tribunales si sus declaraciones son confirmadas.
En consecuencia, la derecha mediática ha tomado partido por Aldama, destacando sus acusaciones contra el PSOE y presentándolo como un testigo clave. Los principales medios conservadores han titulado que Aldama “abre en canal al PSOE” y que su declaración acorrala al Gobierno, con insinuaciones de corrupción en las altas esferas. Algunos incluso han difundido que Aldama posee pruebas como grabaciones y mensajes de WhatsApp que respaldarían sus acusaciones.
Mientras tanto, teniendo en cuenta los sucesos acontecidos en los últimos días, las empresas demoscópicas han continuado publicando datos sobre en qué estado se encuentran los principales partidos políticos de cara a unas hipotéticas elecciones generales. Después de revisar los estudios de la última semana llevados a cabo por GAD3, Electomanía y CIS, y realizar un promedio de sus resultados, este sábado publicamos una nueva edición de la madre de todas las encuestas.
Intención de voto
Según el último estudio realizado por ElPlural.com, el Partido Popular (PP) continúa al frente en las preferencias de los votantes con un 31,8% de intención de voto, lo que refleja su liderazgo en el panorama político español. Aunque su porcentaje ha bajado ligeramente respecto a semanas anteriores, sigue marcando cierta distancia con sus competidores.
Por su parte, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) muestra una clara subida con un 30,5%, acercándose al PP y reduciendo la brecha que los separa. Esta ligera mejora es una señal de estabilidad para los socialistas, que siguen siendo la principal alternativa al PP, aunque aún no logran recuperar la ventaja que el partido de Alberto Núñez Feijóo ha consolidado en los últimos meses.
Vox, el partido de extrema derecha, se mantiene en tercera posición con un 12,4%. Aunque experimenta un pequeño ascenso respecto al 11,8% de la semana pasada, su apoyo sigue estando lejos de las cifras que alcanzó en momentos previos, cuando era uno de los grandes protagonistas del debate político.
Por su parte, Sumar, la coalición de izquierda alternativa, obtiene un 6.5%, lo que representa una ligera disminución en comparación con los datos anteriores. Aunque sigue siendo una opción importante en el espectro de la izquierda, su apoyo no muestra signos de crecimiento significativo.
Unidas Podemos (UP), que sigue perdiendo terreno desde las elecciones pasadas, se mantiene con un 4.4%, sin cambios respecto a la semana anterior. El partido de Ione Belarra sigue mostrando una base de apoyo limitada, mientras los votantes de izquierda parecen haberse decantado más por Sumar en el último período.
Finalmente, Se Acabó la Fiesta (SALF), liderado por el eurodiputado Alvise Pérez, sigue sin despegar, con un 2.3% de intención de voto, ligeramente por debajo del 2.4% registrado en la encuesta anterior. El movimiento continúa mostrando dificultades para ganar tracción y ampliar su base de apoyo, a pesar de sus esfuerzos por posicionarse en el escenario político.