“Opacidad” en las cuentas
Pero el problema del despilfarro en la Ciudad de la Cultura no se circunscribe a una partida concreta de muebles, sino que atañe a un macroproyecto sin rumbo fijo ni contenidos que además retrotrae preciados recursos para la política cultural de la toda la región. Así lo explica a ELPLURAL.COM la portavoz de Cultura del PSdeG en el parlamento gallego, la diputada Concepción Burgo, que denuncia en primer lugar la “opacidad” de la Xunta en todo lo relativo a este macrocomplejo. “El problema es conocer las cuentas, son absolutamente opacas, no nos dan información. Llevan varios años prometiendo que presentarán un plan estratégico, y es que no saben qué hacer con la infraestructura. Nació sin planificación, el bipartito –el gobierno de coalición entre PSdG y BNG- hizo una para dotar los centros de contenidos y no la quisieron”, apunta Burgo.
“Conocemos el total pero no el desglose”
Respecto a la financiación de la Ciudad, la diputada socialista explica que se recibe a través de la Fundación Gaias, dependiente de la Xunta, aunque “conocemos el total pero no el desglose”. “El 16,5% del presupuesto de la consellería de Cultura lo absorbe la Ciudad cuando ahora no hay construcción en el macrocomplejo, y a eso hay que sumarle unos 3,5 millones de euros anuales que se le inyectan a través de la Fundación Gaias, que creó el bipartito para gestionar el complejo. Sin plan estratégico, ¿en que destinan ese dinero?”, denuncia Burgo.
Más de 5 millones en una programación que no marca diferencias
Para la diputada socialista, el problema es que la Ciudad no cuenta con una programación que justifique la inversión en el proyecto: “Recurren a una programación repetitiva, de pequeño formato, que se solapa y que podría hacerse en cualquier otro espacio de Galicia: conferencias, visitas, pequeños conciertos…”. “En todo ellos se emplearon entre 5 y 6 millones de euros el año pasado”, advierte, y ello solo con dos espacios abiertos, la Biblioteca y el Archivo, y sin espacio escénico apropiado por ejemplo para conciertos que puedan atraer a numeroso público.
“Se está negando dinero a asociaciones y se lo gastan en sillas”
“Van a abrir el museo para que se pueda visitar pero no hay nada que visitar, próximamente harán una exposición con un coste de 1,5 millones de euros como mínimo, cuando acaban de anular 300.000 euros a asociaciones culturales de base”, advierte Burgo como ejemplo de los recursos que el proyecto está “retrayendo” para la cultura gallega. En este sentido, sigue ofreciendo detalles reveladores sobre lo que significan las grandes cifras que mueve la Ciudad: “Este año están presupuestados 1,2 millones de euros en ayudas públicas para todas las industrias culturales gallegas (teatro, editoriales, etc.). El presupuesto de cultura ha caído un 40% este año, y de lo que queda el 16% se lo lleva la Ciudad. El problema del gasto suntuario en muebles, que ya pasó anteriormente con la Biblioteca y el Archivo, es que se está negando dinero a las asociaciones culturales y se lo gastan en sillas”.
El equivalente a seis años de fomento de la lectura
Se gastan 300.000 euros en muebles cuando las empresas culturales gallegas atraviesan dificultades o cuando “el programa de todas las bibliotecas públicas gallegas para fomentar la lectura contó en 2011 con 50.000 euros”. Es decir, con esos muebles se cubre durante 6 años el presupuesto de la Xunta para fomentar la lectura.
Financia servicios “que nada tienen que ver con la cultura”
Además, la diputada regional advierte de que esos muebles “se destinarán al centro de Serveis Centrais, que será un centro de servicios informáticos para centralizar todo el sistema de computación de toda la Xunta” pero con cargo a la Fundación Gaias, que sirve así para costear partidas “que no tienen nada que ver con la cultura”. Burgo lamenta que tanto gasto en este macroproyecto no sirve para “crear marca y no atrae turismo”. “Entre todos los conceptos el año pasado no se alcanzaron 300.000 visitantes”, alerta, añadiendo que no se generan ingresos porque no se cobra o las entradas tienen precios simbólicos, como los dos euros en algunas actividades para niños.
