El asunto del supuesto escupitajo del diputado de ERC Jordi Salvador, al ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell sigue dando de qué hablar. El primero sigue sosteniendo que no hubo ningún escupitajo, el segundo que sí. 

Desde la formación independentista exigen que Borrell "sea suficientemente honrado como para pedir disculpas" y denuncian amenazas de muerte por parte de varias personas. El encontronazo ha sobrepasado los límites de la Cámara Baja y se ha trasladado a la red, donde poco o nada importan las siglas o la ideología que se defienda.

Ambos protagonistas han recibido multitud de amenazas por parte de diversos usuarios. Especialmente graves son las del ministro, al que tachan, entre otras cosas, de "viejo", "mentiroso" y "fascista". 

Otro que tampoco ha escapado a las críticas ha sido el también diputado de ERC Gabriel Rufián. Éste fue el que inició la bronca que acabó con su formación abandonando el Congreso y el supuesto escupitajo. Rufián es, además, un reincidente común y raro es el día que en las redes no es noticia por algo que ha dicho o hecho. Por todo ello, durante este tiempo se ha convertido en el enemigo número 1 del sector más conservador de este país.