Asegura que sintió miedo de salir de su casa y que respiró aliviado al descubrir el apoyo de la oposición. "Me ha alegrado y aliviado saber que tanto Lissavetzky como Ángel Pérez han condenado estos hechos. El momento en el que nuestra clase política tenga la mitad de odio, la mitad de radicalismo que ayer llevó a un numeroso grupo de personas a la puerta de mi casa, habremos llegado a un punto de no retorno", comenta.

Piden derechos sin respetar los que hay
Según argumenta, a los participantes en el acoso no le interesaba en absoluto la fiesta del Orgullo Gay. Critica que exijan "nuevos derechos sin respetar los existentes. Al grito de "¡No nos representan!", lanzan piedras contra quien la ¡democracia! ha elegido con una mayoría absoluta hace menos de un mes. Algo se ha muerto en esta sociedad y algo está naciendo".

Sociedad enferma
En su opinión no se pueden dejar los cambios necesarios que necesita este pais "en manos de los violentos y los radicales". En este sentido reclama que  la prensa no disfrace estos hechos de "protestas concretas" colaborando así a la "creación de una sociedad enferma".