"¡Qué no te enteras, contreras!" le diría un castizo ochentero al siempre polémico y buscador de titulares y una tertulia en la que tomar parte, Salvador Sostres. Sus víctimas preferidas, al margen de arrebatos inclasificables, suelen ser los partidos políticos que no son el PP; dentro de estos, los de izquierdas, y afinando más, el PSOE. Así que este sábado, bajo el sugerente título propio de una película de Esteso y Pajares, 'Los chulos', el columnista se ha lanzado desde el ABC al insulto a los socialistas.

Asegura que los representantes del PSOE "dicen ahora que el PP se ha puesto «chulo» y que exige unas condiciones demasiado «duras» para la investidura de Rajoy". Esta afirmación, cocinada en fuentes periodísticas sostrenianas, le lleva a desenfundar y comparar la supuesta chulería de su partido, el popular, con la de Pedro Sánchez con las siguientes palabras: "llevamos casi un año de nuestras vidas y de nuestra economía tirados a la basura por la chulería de un hombre que hizo ver que se ponía duro con sus principios cuando lo único que quería es aferrarse a su cargo".

Ese argumento le lleva a preguntarse sobre la chulería del PP o del "presidente Rajoy", para acabar cuestionando "¿qué es esta impertinencia? ¿Qué más tendremos que aguantar?".

El PP y el franquismo

Ese papel a Sostres le gusta. En él se crece y explaya porque, al fin y al cabo, vive de arrebatos patrióticos y titulares anti izquierda. Lo siguiente -casi siempre es lo mismo- es recordar el pasado, en concreto la dictadura. "El PSOE empezó por criminalizar al Partido Popular acusándolo de franquista y a lo largo de los años se ha ido convirtiendo en rehén de su discurso del odio, hasta caer en las garras del populismo de Podemos".

Salvador Sostres tiene un problema de fobias que se plasma con claridad en sus artículos, sobre todo cuando, sin argumentos, 'tira pa´lante'. "Si alguien ha sido duro y chulo en la reciente historia de España es el Partido Socialista, con su resentimiento y su sectarismo, con sus recetas del fracaso (...), con su rabia estéril y paralizadora, con sus bloqueos, su mediocridad y su fin de trayecto sin ninguna esperanza".

El PP, el partido... de la generosidad

Probablemente tenga razón. Al fin y al cabo el PP siempre se ha caracterizado por disponer de políticos dialogantes (el ejemplo, por centrarnos en lo más cercano en el tiempo, son los cuatro años de Rajoy y su rodillo), limpios (estos días la Audiencia Nacional es un hervidero de representantes de la res publica... popular), generoso (siempre, alguno de sus dirigentes está dispuesto a ofrecer limosna, Montoro y Báñez los primeros). 

Al fin y al cabo, finaliza el columnista conservador, "no está en la naturaleza de un socialista ser generoso, ni agradecido ni compasivo. La capacidad de reconocer sus limitaciones y sus errores no es su característica", y esto en comparación con un Gobierno que cuando no estaba en funciones es el que más ha improvisado de la historia de la democracia -basta recordar algunas crisis sanitarias o la zozobra económica-. Eso sí, era desde la generosidad, porque, para Sostres "no hay mayor chulería que la del perdedor fracasado; y no hay dureza más ofensiva que la de los que tanta miseria nos causaron. La izquierda española tendría que aprender a ser más humilde, y la derecha a no dejarse anonadar de un modo tan impresentable".