La "gran" y "hermosa" ley fiscal de Donald Trump, una de sus medidas estrella en su segundo mandato en la Casa Blanca, ha obtenido finalmente luz verde en la Cámara de Representantes de Estados Unidos gracias al voto que ha quedado finalmente en 218 a favor y 214 en contra. Una jornada de lo más intensa tras seis horas de negociaciones.

La normativa elaborada por Trump incluye el incremento del déficit, las deudas y recortes masivos de impuestos, a lo que se suma el aumento de gasto en la lucha contra la inmigración y también por Defensa, marcado este último por la OTAN. Tras horas de votaciones y las reticencias de algunos republicanos, finalmente, la ley fiscal ha salido adelante con una diferencia de escasos votos de diferencia, con cuatro.

Y es que la sesión parlamentaria ha estado marcada por un ajuste in extremis que ha protagonizado, en parte, por el líder minoritario en la Cámara, Hakeem Jeffries, quien ha esgrimido el récord más largo tras ocho horas y 44 minutos hablando.

Esta luz verde se da tan sólo dos días después de la misma decisión adoptada por el Senado de la potencia norteamericana, la cual este martes salió adelante pese al empate de 50 a favor y 50 en contra, aunque, en este caso, la última palabra la tiene el vicepresidente, JD Vance, que se encargó de decantar el ‘sí’ definitivo en la votación parlamentaria. Entonces, cabe recordar que tres senadores republicanos, Thom Tillis, Rand Paul y Susan Collins, se han desmarcado de la proposición de Trump.

Claves de la ley fiscal de Trump

Con esta aprobación ya consolidada, ahora la normativa deberá volver a manos de Trump para su puesta en marcha en el plazo que establezca la propia Casa Blanca. En aras de cumplir con este objetivo, el propio Trump ha dado a entender en múltiples ocasiones su intención de rubricarla para el 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos.

“El gran y hermoso” plan fiscal se concentra en la pretensión, que a partir de ahora se materializará, es hacer permanentes las deducciones fiscales que aprobó en su primer mandato de 2017, además de incluir más recortes presupuestarios que afectarán, esencialmente, a la sanidad estadounidense, lo que podría declinar en un agujero de 12 millones de ciudadanos sin ningún tipo de cobertura médica al restringir el programa Medicaid que ofrece el Estado a personas con rentas bajas.

La Oficina Presupuestaria del Congreso cifró el aumento del déficit en 3,8 billones de dólares en la próxima década; así como el Comité para un Presupuesto Federal Responsable en un 3,1 billones. No obstante, la ley de Trump estaba planificada para que las rebajas de impuestos puedan lanzarse de manera temporal, ya que acabarían tras su mandato, hasta 2029. 

A esta ley fiscal, se suma el impacto de su amenaza arancelaria a toda la Comunidad Internacional. Dos elementos que, en su fórmula, Trump calcula que la economía estadounidense crecerá entre el 5% y el 9% en los próximos años, pese a que las estadísticas apuntan y reflejan un escenario muy distinto.

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