Pablo Iglesias ha ocupado en los últimos días el medio de comunicación afín al presidente ruso, Vladimir Putin, RT y la agencia de noticias del país, TASS. Ambos recogen en una noticia con fecha de la semana pasada que el exlíder de Podemos acusó a Occidente de estar detrás del socavamiento de los Nord Streams.

Las dos informaciones se refieren a una entrevista con el diario italiano Il Fatto Quotidiano y señalan que Iglesias ponía el foco en aquella conversación en Alemania con las siguientes declaraciones: “Volar los dos gaseoductos significa declarar la guerra a Alemania, por lo que es ridículo y repugnante (ver) cómo el gobierno alemán está tratando de esconderlo todo debajo de la alfombra”.

En la misma línea, siempre según las líneas consultada y reflejadas en este artículo, el fundador de la formación morada mantiene que “un poderoso país occidental claramente tuvo una mano en el ataque a Nord Stream, una instalación de infraestructura perteneciente a Rusia y Alemania, es decir, miembros de la OTAN”. Sendas publicaciones remiten que, según Iglesias, Rusia “no se benefició en absoluto” del acto de sabotaje que tuvo lugar en septiembre del año pasado.

Sabotaje del Nord Stream

El pasado mes de septiembre bajo el marco de la invasión rusa a Ucrania en el mar Báltico se registraron una serie de explosiones y posteriores fugas submarinas de gas natural en los gaseoductos Nord Stream, encargado de transportar este hidrocarburo vía marítima de Moscú a Berlín.

Las consecuencias de un hecho que no se veía desde la II Guerra Mundial fueron críticas en lo que a relaciones internacionales se refiere, máxime teniendo en cuenta el momento de tensión que atravesaba -todavía hoy es así- el mundo. Porque el Nord Stream es un elemento clave en la entrada de gas a la Unión Europea (UE) por parte de Rusia. De hecho, es la principal vía de entrada, con más de 1.200 kilómetros de longitud y el transporte del 40% de todo el gas que llega a los Veintisiete.

¿Autoría ucraniana?

Han sido meses cargados de hipótesis y conjeturas sobre quién estuvo detrás del acto. A fecha de la redacción de estas líneas el enigma sigue siendo, aunque las últimas sospechas -investigación mediante de Estados Unidos y Alemania- apuntan a que un grupo ucraniano habría sido el autor de las explosiones.

Las televisiones públicas de Berlín -NDR,WDR- y el periódico Süddeutsche Zeitung, refuerzan la posibilidad de que fueran miembros del país de Volodimir Zelenski quienes estuvieran detrás de la voladura, más concretamente apunta a dos ucranianos y a una pequeña agencia de viajes ubicada en Polonia. Según informan las publicaciones alemanas, la dirección de dicha oficina es compartida por otras cien empresas, por lo que podría tratarse de una compañía ficticia, aunque “representaría la pista más prometedora para que los investigadores alemanes descubran quién está detrás del sabotaje”.

Por aquel entonces se dijo que una empresa polaca que pertenecía a su vez a unos ucranianos fue la que alquiló el barco y que éste se detuvo durante algún tiempo frente a la isla de Christiansø, cerca del lugar donde tuvieron lugar las explosiones. Después, el grupo devolvió la embarcación sin limpiar, lo que permitía encontrar rastros de un explosivo “de calidad militar y que se puede usar bajo el agua”.

El escenario todavía se mueve dentro de la hipótesis, ya que los investigadores, de confirmarse la teoría, no han podido averiguar aún de dónde procedía el encargo. Así las cosas, se habló incluso de una operación de falsa bandera que involucrara directamente a Rusia, aunque por el momento la más factible es la pista de la agencia habida cuenta de que ya se ha identificado a al menos dos personas, una mujer ucraniana de 55 años, que es la directora de la agencia de viajes, y de otras compañías asimismo polacas, y uno de los tripulantes de la embarcación que navegaba cerca de la explosión en el momento de la misma.

Otras hipótesis

Han sido meses de teorías. En este contexto, varios medios europeos han revelado que varios barcos de procedencia rusa navegaban cerca del sitio en el que se produjeron las fugas. Sin embargo, desde Alemania subrayan la falta de evidencias de que estas embarcaciones estuvieran realmente involucradas en los ataques que podrían haber puesto en jaque a Europa.