Occidente aguanta (por lo menos de momento) el pulso a Rusia. Las sanciones al Kremlin, tanto por parte de la Unión Europea como por parte de Estados Unidos, no han parado de producirse desde que este jueves las tropas rusas invadieran Ucrania. Unas penas que no han hecho más que empezar y que cada vez serán más duras, tal y como han avanzado diferentes ministros de Exteriores del bloque europeo.

En este sentido, una de las sanciones que está sobre la mesa y cada vez con más presencia es la desconexión de Rusia del sistema SWIFT, que interconecta más de 11.000 entidades financieras de todo el mundo. Un paso que generaba bastantes recelos en varios países de la Unión Europea, pero que se han ido disipando a medida que las tropas rusas han seguido avanzando en territorio ucraniano. De hecho, este sábado Italia, Hungría y Chipre, que hasta ahora se habían mostrado contrarios a aplicar este castigo, han dado un paso al frente y han afirmado que no bloquearán la medida.

¿Qué es SWIFT?

El SWIFT (acrónimo de Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) es un sistema clave para el envío de transferencias internacionales entre más de 200 países, permitiendo la liquidación interbancaria entre instituciones financieras de todo el mundo. En la actualidad, según la agencia AFP, Rusia es el segundo país del mundo (por delante solo está EEUU) en número de usuarios en este sistema, con unos 300 bancos e instituciones.

El mecanismo sólo se utilizó como herramienta de castigo en una ocasión, en el año 2012, a través de una directiva de la Unión Europea que permitió apartar a Irán como represalia por el desarrollo de su programa nuclear.

Su importancia en la economía global es tal, que este viernes el ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, la llegó a calificar como una “opción nuclear”. Y precisamente debido a este papel decisivo que juega SWIFT en las relaciones económicas entre países, excluir a Rusia de este sistema también supondría que no se podría hacer transacciones con Moscú. Un riesgo muy a tener en cuenta, puesto que no hay que olvidar la enorme dependencia energética que tienen varios países del bloque europeo, siendo España uno de ellos, con Rusia.

Europa, dispuesta a llegar hasta el final tras el amago de 2014

De hecho, hay que recordar que en el año 2014, como respuesta tras la anexión de Crimea por parte de Moscú, ya se estudió desconectar a Rusia de SWIFT. Una propuesta que finalmente no salió adelante precisamente por el temor a que esta medida acabara haciendo más daño al bloque europeo que al Kremlin, que ya ha dejado entrever que si finalmente son excluidos de este sistema, podrían canalizar los pagos a través de otros canales para los pagos.

No obstante, ahora, a diferencia de 2014, los países europeos más recelosos sí que están dispuestos a llegar hasta el final con las sanciones contra Rusia. Así lo ha hecho saber el ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, quien a través de las redes sociales ha celebrado el paso delante de estas potencias y lo ha definido como un éxito de la diplomacia ucraniana, aunque todavía falta la decisión oficial.

Tanto Kuleba como el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, han pedido la salida de Rusia de SWIFT como represalia por la invasión militar. Lo han hecho tanto en público como en privado, en innumerables llamadas telefónicas con representantes de otros gobiernos.

EEUU estudia una posible sanción directa contra el Banco Central de Rusia

Paralelamente a estas negociaciones para excluir a Rusia de SWIFT, Estados Unidos ha advertido que están sopesando la posibilidad de sancionar al Banco Central de Rusia, donde se encuentran gran parte de los 570.000 millones de euros en reserva de oro y divisas del Gobierno de Vladimir Putin, en lo que se trataría de un golpe extraordinario a sus planes de refuerzo a ayuda a las entidades bancarias y al mercado de divisas tras la invasión de Ucrania.

El Banco Central puso en marcha una de las primeras medidas internas tras la invasión de Ucrania al inyectar liquidez adicional en el sector bancario y con la venta de divisas después de que la moneda nacional, el rublo, cayera a mínimos históricos el día que Moscú envió sus tropas a Ucrania.

Fuentes próximas han informado a la agencia Bloomberg de que todavía no hay una decisión final a este respecto pero señalan que la Administración Biden "contempla todas las opciones" a la hora de restringir el margen de maniobra del Gobierno ruso.

Esta cuestión ya se puso sobre la mesa a finales de enero, según también fuentes próximas al asunto, con vistas a una sanción que no tendría precedente alguno en lo que se refiere a una economía del tamaño de Rusia.