Se creó el 7 de octubre tras los ataques recibidos por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) a Israel y ahora llega a su fin. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha anunciado este lunes la disolución del gabinete de guerra después de las recientes dimisiones.
Concretamente fueron Benny Gantz y Gadi Eisenkot quienes anunciaron su desvinculación con el gabinete. A raíz de esto, y de la petición del ministro de Seguridad Nacional ultraderechista Itamar Ben Gvir para acceder a él, Netanyahu ha anunciado el fin de este organismo.
En un intento de eximirse a sí mismo de responsabilidades, el primer ministro israelí ha asegurado que “el gabinete de guerra no existe”, señalando que todo fue petición de Gantz y que, en el momento en el que este se desvinculó, se acabó la existencia del gabinete.
Discrepancias en el gobierno
Los motivos de la dimisión del ministro del Gabinete de Guerra se centran en la falta de estrategia por parte del ejército israelí para poner fin a la ofensiva en Gaza y ante una actitud de Netanyahu que impide “que se logre una autentica victoria”.
Por su parte, después de conocerse la dimisión de Gantz, se unía también Gadi Eisenkot, que hasta entonces había ejercido como observador en el gabinete. Según él mismo señaló, “se evitó desde hace mucho que el gabinete adoptara decisiones determinantes necesarias para materializar los objetivos de la guerra y mejorar la posición estratégica de Israel”.
Con esto, queda disuelto un gabinete que desde un principio había brillado por su escasa composición. Hasta la fecha de su disolución, había estado compuesto tan solo por cinco miembros: el primer ministro israelí; el ministro de Defensa, Yoav Gallant; el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer; el jefe del Consejo de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi; y el líder del partido religioso Shas, Aryeh Deri.
Con esta situación, Netanyahu ya ha podido adelantar que las decisiones relativas a Gaza que hasta ahora se tomaban en el seno del gabinete, pasarán a ser gestionadas por otro órgano. En este sentido, el periódico israelí Haaretz ha señalado que “algunas de las cuestiones previamente discutidas por el gabinete de guerra ahora serán transferidas para su discusión en el gabinete de seguridad, pero las decisiones sensibles se abordarán en un foro de consulta más pequeño”.
Relativo a este nuevo foro participarían también el ministro de Defensa, Yoav Gallant; el de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer; el jefe del Consejo de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, y el líder de Shas, Arieh Deri. Si esto se diera, se evitaría la entrada de dos socios de Netanyahu del ala ultraderechista, Ben Gvir y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich.
Y en este terreno, juega un destacado papel el ministro ultraderechista Ben Gvir. Después de que se comunicara la dimisión de Gantz, él mismo solicitó entrar al gabinete, petición que ha sido rechazada. “Ha llegado el momento de tomar decisiones valientes, lograr una disuasión real y brindar seguridad a los residentes del norte, del sur y de Israel en su conjunto”. Señaló además su fiel compromiso de no abandonar Gaza pese a que finalice la guerra y Hamás quede desintegrado. De igual manera, defendió la entrada de las tropas israelíes en el Líbano y levantar nuevos asentamientos en la franja. Precisamente ha sido por todo ello, por lo que, de momento, se le ha negado la entrada al gabinete.
Estas discrepancias que han llevado a dimisiones, disoluciones y propuestas enfrentadas dentro del propio gobierno de Netanyahu, evidencian la inestabilidad que se viene dando desde hace unas semanas. No solo se ha dado dentro del Gabinete de guerra, sino en el gobierno de coalición. La razón: la gestión de la ofensiva contra Gaza y una pendiente liberación de los rehenes que quedaron retenidos en Gaza a partir de los ataques del 7 de octubre que se saldaron con 1.200 muertos y que debe pasar por diferentes acuerdos con Hamás.