El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha acusado al primer ministro de Australia, Scott Morrison, de mentirle sobre la frustrada venta de submarinos a Australia por la creación de una alianza entre Canberra, Reino Unido y Estados Unidos, conocida como AUKUS.

La decisión de Australia de cancelar un acuerdo por valor de miles de millones de euros para comprar 12 submarinos a Francia y negociar este pacto de defensa con Estados Unidos y Reino Unido ha desencadenado una grave crisis diplomática entre estos países.

"Tengo mucho respeto por su país. Tengo mucho respeto y mucha amistad por su pueblo. Simplemente digo que cuando hay respeto, hay que ser sincero y hay que comportarse de forma consistente con ello", ha dicho Macron, quien se ha reunido con Morrison en la cumbre del G20.

Tras ser preguntado por varios diarios australianos si cree que este fue deshonesto con él, ha dicho: "No lo creo, lo sé". Asimismo, ha evitado valorar el compromiso del dirigente australiano a comprar estos submarinos nucleares al final de un periodo de revisión de 18 meses.

La respuesta de Morrison

En respuesta, Morrison ha negado que mintiera a Macron en su encuentro en junio en el Elíseo y ha resaltado que durante su visita trasladó a París que los subacuáticos que iba a entregar la compañía francesa Naval Group no satisfacían las necesidades australianas.

"Fui muy claro de que los submarinos convencionales no iban a poder satisfacer nuestros intereses estratégicos y que íbamos a adoptar una decisión siguiendo nuestros intereses nacionales", ha explicado, antes de recalcar que no abordó el asunto del AUKUS porque "no es algo de lo que vas teniendo conversaciones abiertas al respecto".

"Déjenme ser muy claro. La decisión que he tomado como primer ministro, la decisión que ha tomado mi Gobierno, fue por los intereses nacionales de Australia", ha dicho. "Estas decisiones son difíciles. Por supuesto, han causado decepción y un impacto en las relaciones con Francia", ha zanjado.

El propio presidente francés mantuvo el jueves su primera conversación telefónica con su homólogo desde el estallido de la crisis, en la que lamentó que se haya roto la "relación de confianza" entre ambos países. Así, dijo que fue una "decisión unilateral" que da pie a "otro proyecto aún por concretar".