Cuando se cumplen ocho meses de guerra en Ucrania, un acuerdo de paz aún queda lejano entre los bandos enfrentados. Es ahora cuando Jersón, en el sur del país, se convierte en el epicentro de la que puede ser una de las mayores batallas del conflicto.

Las tropas rusas controlan la ciudad desde el pasado mes de marzo, poco después de que comenzase la invasión. Las fuerzas militares ucranianas ya se encuentran a pocos kilómetros para intentar expulsar al enemigo. El objetivo del Ministerio de Defensa ucraniano, en palabras de su jefe de inteligencia Kirilo Budanov, es hacerse con todos los territorios que se encuentran bajo el control ruso antes de que finalice el año ya que, según desveló en una entrevista con el diario Pravda, Vladimir Putin podría estar planteando una estrategia bárbara similar a la que se vivió en la ciudad de Mariúpol.

Jersón es un punto estratégico en el conflicto, ya que se sitúa a orillas del río Dniéper en el mar Negro, colindante con Zaporiyia y la península de Crimea, con una población de más de 280.000 habitantes, siendo la capital de la región. Cabe recordar que este territorio no lleva solo desde hace meses controlado por los rusos, sino que fue uno de los territorios que se anexionó Putin a través del referéndum celebrado a finales de septiembre junto a Zaporiyia, Donetsk y Lugansk.

Mapa de la situación actual de la guerra en Ucrania. EP.

El Ejército de Ucrania, hasta este 21 de octubre, contabilizaba 88 localidades liberadas en la región de Jersón, además de que han llevado a cabo labores de reparación e inspección de los sistemas eléctricos dañados por los rusos, y es que uno de los métodos que están empleando desde Moscú para debilitar a Kiev son los ataques a instalaciones de luz y gas para dejar sin suministro a la población, otro factor por el que la comunidad internacional ha recrudecido sus alertas.

‘Bomba sucia’

Ante esta nueva fase de la guerra, y al haber perdido el control de múltiples ciudades ucranianas, Putin refuerza su amenaza militar con la conocida ‘bomba sucia’, un tipo de arma que contiene material radioactivo, por lo que su uso supondría una escalada de Rusia en el conflicto a un coste altísimo. Ante este inminente paso, Estados Unidos ha afirmado que éste sería “un error increíblemente grave”, -en palabras del presidente Joe Biden- ya que supondría “consecuencias” inmediatas para Moscú. Por el momento, el Pentágono asegura no tener certeza de su esta operación es una falsa bandera o, por el contrario, es real.

El ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu, contactó a lo largo del fin de semana con su par estadounidense, Lloyd Austin, y sus principales homólogos en la Unión Europea para alertar de los supuestos planes de Ucrania para usar una bomba sucia. La principales potencias occidentales han rechazado estas advertencias de Rusia, que han interpretado además como parte de los preparativos para una operación de falsa bandera por parte del Kremlin con la que acusar a Kiev.

Zelenski batalla contra el relato ruso

Por su parte, el líder máximo de Kiev, Volodimir Zelenski, ha valorado el relato bélico de Putin ante los últimos acontecimientos: “Rusia es el origen de todo lo sucio que se pueda imaginar en esta guerra”, ya que son sus tropas las que emplean “municiones de fósforo y minas antipersonas prohibidas contra la infraestructura civil”.

“Dondequiera que Rusia haya traído muerte y degradación, estamos restaurando la vida normal”, desliza el presidente ucraniano al tiempo que recuerda las “fosas comunes y las cámaras de tortura” de las tropas rusas. “Solo hay un sujeto que puede usar armas nucleares en esta parte de Europa, y este es el que ordenó a Shoigu que llamara”, asegura, en clara alusión al mandatario del Kremlin.