A Israel le ha surgido un nuevo frente en el conflicto con Hamás: el judicial. Por primera vez desde que el conflicto se reavivó el pasado 7 de octubre, el ente sionista se está viendo en la obligación de rendir cuentas por sus actuaciones en la Franja de Gaza. La batalla legal se ha abierto después de que Sudáfrica presentase en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya y siendo éste el tribunal con mayor autoridad de la ONU, una reclamación que señalaba que la operación militar israelí en Gaza mantiene "un patrón de conducta genocida" destinado a eliminar a la población palestina.

Por su parte, Israel ha negado que esté llevando esta clase de actos, y de hecho, le ha dado la vuelta a la tortilla al expresar, por mediación del asesor jurídico del Ministerio de Asuntos Exteriores del país, Tal Becker, que "si hubo actos de genocidio, estos fueron perpetrados contra Israel". "Se ha dado una imagen fáctica y jurídica profundamente distorsionada de la realidad de la guerra de Gaza y es muy hipócrita olvidarse de una parte de la historia", añadió Becker. 

"La acusación ha ignorado el intento de Hamás de cometer un genocidio real en el ataque de octubre", ha señalado también Becker, en referencia al golpe que el Movimiento de Resistencia Islámica perpetró contra la población israelí y que se saldó con 1.200 muertos y más de 200 rehenes. La respuesta del Ejército israelí desde entonces ha sido ininterrumpida durante ya más de tres meses y la cifra de palestinos fallecidos bajo los ataques israelíes asciende a los 24.000, y el número de heridos supera los 50.000, en un conflicto que, tras más de siete décadas de historia, entró en una nueva etapa en la recta final de 2023.

Israel señala a Sudáfrica como "portavoz de Hamás"

Cabe destacar que, históricamente, Israel ha optado por boicotear tribunales internacionales e investigaciones de Naciones Unidas por considerarlos parciales, pero en esta ocasión, ha enviado a representantes de altura para defenderse de las acusaciones de genocidio. En la misma línea del argumentario dado por el gobierno de Netanyahu desde el estallido del conflicto, Becker justificó que las acciones militares de Israel en Gaza son "actos de autodefensa contra Hamás y otras organizaciones terroristas", a pesar de que las fuerzas israelíes han golpeado reiteradamente objetivos civiles y humanitarios y de que la cifra de fallecidos civiles es ya de cinco cifras.

"No queremos destruir ningún pueblo, si no proteger al nuestro", expuso el letrado, además de reprochar a Sudáfrica "estar actuando como portavoz de Hamás", y de acusarles de haber mantenido vínculos con ellos "incluso después del 7 de octubre".

Por su parte, Sudáfrica espera que los jueces impongan medidas cautelares para que Israel detenga de forma inmediata la ofensiva en la franja. Pretoria argumentó que la operación israelí en territorio palestino, que ha dejado 24.000 muertos y ha desplazado de manera forzosa al 85% de la población, tiene como objetivo "destruir a la población de Gaza". La Convención para Prevenir el Genocidio, que fue constituida por las Naciones Unidas en 1948 tras el Holocausto, define el genocidio como "actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso". La norma está en vigor en 152 países, incluido Israel. Cualquiera de los países firmantes, como lo es Sudáfrica, puede elevar a los tribunales internacionales casos de genocidio.

Para Israel, sin embargo, Sudáfrica "no ha aportado pruebas suficientes para demostrar el genocidio" y, por tanto, la CIJ "no tiene jurisdicción para actuar bajo la convención y ordenarle que detenga sus acciones militares en la franja", en palabras del abogado británico Malcolm Shaw, líder de la delegación israelí. "El conflicto armado es brutal y cuesta vidas, pero esto no quiere decir que todos los conflictos sean genocidios", defendió también Shaw.

Alemania, de parte de Israel

Por su parte, el Gobierno de Alemania ha rechazado este viernes "firme y explícitamente" la denuncia formulada por Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por supuesto genocidio de la población palestina en la Franja de Gaza, pues considera que esta acusación "no tiene base alguna".

Así, el portavoz del Ejecutivo germano, Steffen Hebestreit, ha señalado que Berlín "tiene la intención de intervenir como tercera parte en la vista principal" de un proceso que arrancó el jueves y que ha dividido a la comunidad internacional entre quienes respaldan las acusaciones de Sudáfrica y quienes las rechazan. Hebestreit ha subrayado, en este sentido, la especial responsabilidad de Alemania con Israel tras el Holocausto, motivo por el cual Berlín se muestra especialmente comprometido con la Convención contra el Genocidio, que considera un "instrumento central del derecho internacional para aplicar el principio del 'nunca más'"

"Nos oponemos firmemente a su instrumentalización política", ha señalado Hebestreit. "El objetivo de Hamás es acabar con Israel. Israel se ha estado defendiendo del ataque inhumano de Hamás desde entonces", ha zanjado el portavoz del Ejecutivo alemán.

Desde el jueves, Israel tiene que responder por primera vez ante el máximo tribunal de Naciones Unidas en La Haya por cargos de genocidio. Sudáfrica demandó a Israel a finales de 2023 porque considera que la violencia militar contra la población civil en la Franja de Gaza constituye una violación de la Convención sobre Genocidio, a colación de los 24.000 muertos, 50.000 heridos y 2 millones de desplazados palestinos que se han derivado de la operación israelí.