Durante la madrugada del domingo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han atacado la ciudad de Jan Yunis, al sur de la Franja de Gaza, y la urbe de Deir al Balah y los campamentos de refugiados de Nuseirat, Bureij y Al Maghazi, en el centro. Entre ambos operativos se suma casi una treintena de civiles palestinos asesinados y varias decenas de heridos, la mayoría de ellos niños, pero sin poder confirmar todavía la cifra oficialmente.

Los bombardeos se han llevado a cabo con aviones de combate contra viviendas civiles en distintos puntos de Gaza, dejando en todos ellos muertos y heridos. A su vez, además de los muertos y heridos confirmados, varias personas han desaparecido tras la ofensiva del Ejército israelí, que ha bombardeado también las inmediaciones del Hospital Europeo de Jan Yunis, según la agencia WAFA.

Unos ataques que llegan después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, haya trasladado este mismo sábado al presidente estadounidense, Joe Biden, que la ofensiva militar contra Jan Yunis durará tres o cuatro semanas más. Israel se encuentra ahora, de esta forma, incidiendo especial violencia sobre el sur de la Franja de Gaza, después de que sus órdenes de evacuación a la población palestina les indicasen ir, precisamente, al sur. 

Las autoridades gazatíes han elevado este sábado a 17.700 el balance provisional de fallecidos, mientras que la cifra de heridos asciende a 48.780. Sólo en las últimas 24 horas se ha contabilizado 210 muertos y 2.300 heridos más y el dato previsiblemente seguirá subiendo, dado que los ataques son incesantes en diferentes puntos de la Franja. En concreto, en el ataque al domicilio de Jan Yunis se han registrado al menos diez víctimas mortales, mientras que en Deir al Balah han fallecido al menos cuatro personas; en Al Maghazi, han perdido la vida otros tres civiles; en Bureij, se ha confirmado la muerte de siete ciudadanos y varios más han quedado atrapados bajo los escombros tras los bombardeos. Finalmente, en Nuserirat, se han confirmado otras tres defunciones. Todos los datos son provisionales, a falta de encontrar nuevas víctimas (y de que se sucedan nuevos ataques que dejen obsoletas las cifras previas).

La ofensiva israelí en respuesta al golpe de Hamás del 7 de octubre prosigue con bombardeos diarios que sólo han cesado durante la semana de alto al fuego que se aprobó en noviembre. A su vez, el conflicto también ha derivado en un cruce de ataques cada vez más intensos en la frontera con Líbano, donde tiene presencia la milicia chií Hezbolá.

Estados Unidos reitera el "derecho a la autodefensa"

Por su parte, el secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha defendido nuevamente este sábado que Israel "está en su derecho de defenderse" para "evitar un ataque por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) como el del pasado 7 de octubre".

"El secretario Blinken reafirma el apoyo de Estados Unidos al derecho de Israel a garantizar que Hamás nunca pueda repetir los ataques del 7 de octubre, así como la urgencia de abordar las necesidades humanitarias en Gaza, proteger a los civiles palestinos de daños, prevenir el desplazamiento y contener una mayor propagación del conflicto", ha escrito su departamento en un comunicado, elaborado tras una reunión con la delegación conjunta de la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica. 

A fin de lograr estos objetivos, Blinken ha defendido el compromiso estadounidenses "para lograr una paz y seguridad duraderas en la región, incluso mediante el establecimiento de un futuro Estado palestino junto al Estado de Israel". Sin embargo, huelga decir que estas declaraciones chocan frontalmente con la política aplicada por Estados Unidos en el conflicto. En primer lugar, con su veto al alto el fuego en el Consejo de la ONU, a pesar del voto a favor de todos los participantes, salvo por la abstención del Reino Unido, y en segundo lugar, con la elevada financiación que las tropas sionistas han recibido de Washington en los últimos meses.

A su vez, Blinken ha mostrado cierta preocupación por las necesidades civiles. Durante una reunión con el ministro de Exteriores de Arabia Saudí, Faisal bin Farhan, el secretario de Estado ha vuelto a incidir en "la urgencia de abordar las necesidades humanitarias en Gaza" para "reforzar la estabilidad y la seguridad regionales" y así "evitar una mayor propagación del conflicto".

Este ha sido también el tema central de la conversación telefónica mantenida con la presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Mirjana Spoljaric Egger. Durante la llamada, Blinken ha subrayado "la importancia de la respuesta humanitaria del CICR al conflicto en Gaza" y ha insistido en su llamamiento a "la liberación inmediata de todos los rehenes", destacando "la necesidad de que se conceda acceso al CICR a los rehenes restantes".

Sin embargo, se antoja ciertamente contradictorio escuchar declaraciones como éstas, que por un lado reconocen el derecho de los civiles a ser protegidos, y paralelamente, seguir dándole carta blanca a la masacre de población civil en nombre de la autodefensa, vetando la aprobación de un nuevo alto el fuego y adscribiéndose a las deshumanizantes retóricas del genocidio que se están convirtiendo en el pan de cada día. Para proteger a la población civil no basta con decir que ha de ser protegida, sino que es preciso tomar medidas para cesen las hostilidades contra la misma.