El conflicto entre Israel y Hamás entró el pasado sábado en una nueva fase. Décadas de tensión motivadas por la ocupación israelí del territorio palestino alcanzaron el pasado 7 de octubre un nuevo nivel después de que Hamás perpetrara uno de los ataques más fuertes de su historia, y de que las Fuerzas de Defensa Israelí respondieran al mismo con una brutal ofensiva en la que no sólo se han atacado objetivos milicianos, sino también civiles, y en la que se ha hecho gala de una agresiva retórica de deshumanización de los civiles palestinos, señalándolos como "culpables colectivos de los actos de Hamás" y tildándolos de "animales".

Alcanzado este punto, otras organizaciones regionales e internacionales están empezando a mover ficha en el conflicto, siendo el caso, entre otros, de Hezbolá, un agente de vital importancia no sólo en el conflicto palestino-israelí, sino en toda la geopolítica de Oriente Próximo. Para entender la dimensión y las posiciones de los mencionados, conviene remontarse a su origen y sentar algunas bases.

¿Qué es Hezbolá? Conceptos básicos y origen

Hezbolá (adaptación fonética al español del árabe حزب الله, ḥizbu-'llāh, que se traduce por "Partido de Dios" y que también puede leerse en ocasiones como Hizbulá, Hizbullah o Hezbollah) es un partido político libanés musulmán chií, que también cuenta con un brazo paramilitar.

Para encontrar su origen hay que remontarse al año 1982, en el marco de la Guerra Civil libanesa. Las políticas expansionistas de Israel tras su constitución como Estado, un gobierno pro-occidental y cristiano en un país que en esos momentos era multiconfesional y contaba con una alta presencia de musulmanes, sumado a las corrientes migratorias de miles de ciudadanos palestinos hacia el Líbano (incrementando aún más dicha presencia musulmana), motivaron una situación de inestabilidad en el país.

El periodo entre 1979 y 1983 es el más tenso del conflicto interno. La inteligencia israelí puso en marcha una campaña de atentados que sembró el terror entre los civiles libaneses y palestinos y generó una gran sensación de inseguridad. David Agmon, general israelí, confesó que el objetivo se basaba en "crear caos entre palestinos y sirios en el Líbano sin que sospecharan que había sido Israel el responsable" y "motivar a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) a que cometiera actos terroristas", para así justificar la invasión israelí del territorio libanés.

En 1982, los milicianos palestinos continúan atacando, y es cuando las tropas israelíes ponen en marcha una nueva operación en la que la OLP es sacada de Beirut, procediendo a la toma israelí de la ciudad. Tras esta ocupación, se constituyen diferentes milicias que emprenden una campaña de guerrillas y ataques kamikaze que hacen retroceder a los israelíes. Una de esas organizaciones milicianas es Hezbolá, que nace como una escisión de Amal, un partido chíi de corte más moderado.

El grupo es financiado, instruido y apoyado por la Guardia Revolucionaria de Irán, y es la única milicia que no se desarma tras el fin del conflicto, alcanzado tras los acuerdos de Taif en 1989. En 1992, Hezbolá se constituye como partido político legal a pesar de la operatividad de su parte paramilitar y, desde las últimas elecciones, cuenta con 12 escaños en el Parlamento libanés, lo que les convierte en la quinta fuerza política, después de que un 15,87% de los electores le diera su voto a Hassan Nasrallah. Junto con Amal, Hezbolá es la principal expresión política y militar de la comunidad chií del Líbano, que es el grupo religioso más numeroso del país.

Cabe destacar que están considerados como una organización terrorista por la Unión Europea y por Estados Unidos, así como por Argentina, Australia, Canadá, Reino Unido, Países Bajos, Israel o Baréin. Por otro lado, buena parte de los gobiernos del mundo árabe, aunque no todos, lo consideran un movimiento de resistencia legítimo nacido en el marco de la lucha contra Israel.

Ideología y objetivos

En 1985, todavía enmarcados en la guerra, Hezbolá hace público su primer manifiesto, donde describe su ideología y metas principales. En clave interna, objetivo número uno de la organización en este primer manifiesto se basaba en implantar una República Islámica en el Líbano, un objetivo del que se desvinculan en su segundo manifiesto, publicado en 2009. 

En este último no se encuentra referencia alguna al primer objetivo mencionado, y la prioridad se convierte en el establecimiento de una democracia mayoritaria y secular en el Líbano. Para entender esta desescalada en los objetivos es preciso recordar el origen chíi de la organización: los chiíes suponen más de un 40% de la población del país, pero a pesar de ser el grupo mayoritario, la situación económica y social que atesoran no es positiva. Por ende, los objetivos de Hezbolá se moderaron en su segunda carta, en pos de encontrar nuevas vías de avance y mejora en la situación del grupo religioso al que pretenden representar.

Por otra parte, en clave internacional, siguen abogando por la desaparición del Estado de Israel, y se definen como "panislamistas, antiimperialistas, antisionistas y antisemitas".

Apoyo a Hamás y enemistad con Israel

La guerra entre Israel y Hamás ha llevado a Hezbolá, por relaciones históricas, a apoyar a la milicia de origen palestino y a amenazar con intervenir directamente en el conflicto. Dos días después de los ataques de Hamás y de las operaciones de Israel en respuesta, Hezbolá atacó con disparos de mortero posiciones israelíes desde el Líbano, tras descubrir que tres de sus miembros habían muerto en ataques israelíes. Por el momento, es el único golpe que los libaneses han dado en esta nueva fase del conflicto, y fue respondido por Israel con ataques de artillería.

Los derroteros por los que continunará la guerra son impredecibles. Por el momento, las negociaciones de paz parecen estar muy lejos, y la intervención de otros agentes locales e internacionales no es en absoluto descartable, incluyendo la del propio Hezbolá. Irán, actor con el que el partido-milicia mantiene buenas relaciones desde su fundación, ha expresado que "deja en sus manos" cualquier expansión del frente en la Franja de Gaza.