Jorge Rafael Videla, el 28 de febrero de 2011, al inicio del juicio por el robo de bebés durante su dictadura militar / EFE-Archivo



El exdictador argentino Jorge Rafael Videla, condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos en el último régimen de facto (1976-1983), falleció hoy en Buenos Aires, a los 87 años, por muerte natural, confirmó el servicio penitenciario. Videla, quien permanecía encarcelado en un penal de la provincia de Buenos Aires, fue el primer gobernante de la dictadura argentina condenado a prisión perpetua, cuando en 2010 la Justicia le declaró culpable del fusilamiento de una treintena de presos políticos en 1976.

Sin atisbo de arrepentimiento
El año pasado, un tribunal condenó al exdictador a 50 años de cárcel por el plan sistemático de robo de bebés, hijos de perseguidos o desaparecidos, durante la dictadura. Símbolo de la última dictadura militar argentina, este militar ha muerto sin dar una sola señal de arrepentimiento y alentando a un nuevo golpe de Estado para tumbar la democracia incluso después de haber sido condenado.

Secuestros, torturas, asesinatos, robos de bebés...
"No tiene entidad. No está muerto ni vivo, está desaparecido", respondió en plena dictadura el entonces presidente de facto a un periodista que le preguntó sobre las víctimas del terrorismo de Estado. Considerado el máximo responsable de la "guerra sucia", bajo su mandato, de 1976 a 1981, fue asesinada una monja francesa que había cuidado a uno de sus hijos que padecía una minusvalía, recordaba hoy la periodista Miriam Lewin, quien estuvo secuestrada en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), el mayor centro de detención clandestina de Argentina. Ambas anécdotas definen el carácter de un dictador que escuchó sin pestañear las sucesivas condenas que le impusieron los tribunales por los crímenes de los llamados "años de plomo": secuestros, torturas, asesinatos y robos de bebés.

Desastre social y económico
Durante sus cinco años de gestión, organizó el Mundial de fútbol de 1978, con el que pretendió limpiar la imagen internacional de la Junta Militar mientras se multiplicaban las denuncias por violaciones de derechos humanos. También estuvo a punto de declarar la guerra a la Chile del también dictador Augusto Pinochet por un conflicto limítrofe que se superó gracias a la mediación del papa Juan Pablo II, que mantenía buenas relaciones con ambos regímenes.

Con José Alfredo Martínez de Hoz como ministro de Economía, Videla instrumentó una política basada en la apertura de los mercados, la liberalización de la legislación laboral y una apertura que acabó por destrozar la industria nacional. Con la economía en recesión, inflación y la moneda devaluada, Videla fue sucedido por Roberto Viola, el 29 de marzo de 1981.

Amnistiado por Menem y vuelto a condenar
Sentado por primera vez en el banquillo durante el histórico Juicio a las Juntas que encabezó el fiscal Julio César Strassera, en 1985 fue condenado por primera vez a cadena perpetua. Amnistiado en 1990 por el gobierno de Carlos Menem, años después el juez español Baltasar Garzón le incluyó en una nómina de militares y civiles argentinos con orden de captura internacional por crímenes cometidos durante la dictadura. En 1998 volvió a comparecer ante la Justicia por crímenes de lesa humanidad y fue condenado a cadena perpetua en 2010. Como acusado, un octogenario Videla arengó a la rebelión militar hasta el último momento y defendió el papel del Ejército en lo que consideraba una guerra contra la insurrección. Lanzó su última provocación el pasado marzo, cuando, desde la cárcel, llamó a los militares a "combatir" para tumbar al Gobierno de Cristina Fernández.

Con sus silencios ante la Justicia, Videla se lleva a la tumba mucha información que habría ayudado a recuperar la identidad a hijos y nietos de desaparecidos.