El presidente de EEUU, Joe Biden, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, se han reunido este miércoles frente al lago de Ginebra en la que ha sido la primera reunión bilateral entre las dos potencias desde que el norteamericano venciese a Donald Trump y ocupase como presidente el Despacho Oval de la Casa Blanca. Era un encuentro calculado, del que no se esperaban grandes avances, fruto de la situación de inestabilidad entre ambos países. Finalmente, ambos mandatarios han explicado que ha sido una cumbre “positiva” y sin ningún tipo de “hostilidad”.

Una mesa de expertos, la promesa de volver a reunirse y la vuelta de los embajadores ruso y estadounidense a Washington y Moscú. Avances no demasiado invasivos pero que dan pie a una relajación de las conversaciones después de que los embajadores fuesen expulsados tras la batería de sanciones que la administración Biden impuso a Rusia por tratar de socavar la democracia norteamericana con “acciones desestabilizadoras”. “Nuestro encuentro se desarrolló en clave de principios; nuestras opiniones difieren sobre muchos puntos, pero, a mi juicio, ambas partes han mostrado voluntad para comprender al otro y buscar vías de acercar posturas”, ha explicado en rueda de prensa Vladimir Putin.

El dirigente ruso no ha ahorrado en halagos a la personalidad de Joe Biden, a quien ha calificado de “balanceado, profesional, claro y con bastante experiencia”. “Tiene valores morales bastante atractivos y sí hablamos el mismo idioma por esto", ha proseguido, señalando que han hablado de cuestiones tan variopintas como la infancia de Biden, su madre y anécdotas personales.

El presidente de los EEUU salía de la sala de reuniones levantado el pulgar en señal de aprobación. Poco después, tras la rueda de prensa de su homólogo, incidía en la misma idea que su predecesor y avisaba de un hipotético nuevo encuentro en “tres o seis meses” si no logran avanzar en la agenda bilateral. Además, sendos países también han acordado reanudar las conversaciones sobre el control de armas, ya que, según ha afirmado Putin, EEUU y Rusia comparten la responsabilidad de mantener la estabilidad nuclear. Otro tema en el que deberán ponerse de acuerdo será en seguridad cibernética, donde ha habido un pequeño reproche del mandatario ruso al asegurar que el grueso de los ciberataques recibidos en su país proviene de Estados Unidos.

Disparidad de opiniones por el caso Navalni

Más intranquilo ha estado Putin al ser preguntado por la situación con Ucrania y el caso Navalni. Sobre el opositor, el mandatario ha asegurado que era “consciente” de estar incumpliendo la ley y “buscaba ser detenido”. "Ese hombre sabía que estaba infringiendo la ley vigente en Rusia. Tenía la obligación de comparecer como persona con dos condenas de prisión condicional. Ignorando a sabiendas, quiero subrayarlo, ese requisito legal, ese señor se marchó al extranjero para tratamiento y las autoridades no exigieron su comparecencia. En cuanto salió del hospital y publicó sus vídeos en internet, se planteó esa exigencia", ha explicado.

El presidente norteamericano, por su parte, ha asegurado que la defensa de los Derechos Humanos es uno de los valores esenciales de la sociedad estadounidense, por lo que seguirá planteando ”cuestiones de libertades fundamentales”. “No se trata solo de perseguir a Rusia cuando violan los Derechos Humanos, se trata de quiénes somos", ha proseguido, advirtiendo a su homólogo de que “las consecuencias” de una hipotética muerte del opositor “serían terribles para Rusia”.