Cuatro días después del peor terremoto que Marruecos ha vivido en su historia, el rey Mohamed VI ha visitado este martes a los heridos por el seísmo en el hospital universitario que lleva su nombre.

La Guardia Real y otros cuerpos de las fuerzas armadas marroquíes, desplegadas en los alrededores del Hospital, han acordonado la zona. Es así como el monarca alauí se ha dejado ver por primera vez tras varios días de caos, pese a que su visita, según ha recogido el portal Le 360, tan sólo habría durado unos 20 minutos.

Su ausencia desde el pasado viernes por la noche ha sido muy criticada, tanto desde Marruecos como en los países del entorno, al igual que la descoordinación de las autoridades y ejército marroquíes. Cabe remarcar que Mohamed VI no se dirigió al pueblo marroquí hasta 24 horas después del desastre a través de un telegrama antes de despegar desde París de vuelta a su país. 

Las cifras son trágicas y constatan un desastre sin precedentes. El último balance oficial del Ministerio del Interior marroquí arroja una cifra de 2.901 fallecidos por el seísmo, la mayoría de ellos en las provincias de Al Hauz y Tarudant, mientras que el número de heridos continúa en ascenso hasta las 5.530 personas.

Por el momento, los servicios de emergencia del país continúan desplegándose en las zonas damnificadas, a las cuales tan sólo han tenido acceso los equipos de ayuda enviados por España, Reino Unido, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, puesto que Rabat aún no ha aceptado la ayuda de otros países europeos, tales como Italia o Portugal, por razones logísticas.

Crisis humanitaria

Con un balance negro, de casi 3.000 personas fallecidas, toda ayuda es bienvenida; sin embargo, desde el primer momento hasta la fecha, los servicios de rescate y las agencias que colaboran en la ayuda humanitaria se están enfrentando a continuos obstáculos para poder acceder a las comunidades más vulnerables afectadas por el terremoto, especialmente, en las zonas del Alto Atlas.

Por su parte, Cruz Roja, ha señalado que la situación en Marruecos es “compleja”: “Estamos todavía en unos primeros días de la operación, por lo que son días un poco caóticos. Algo lógico y normal en el comienzo de cualquier operación, además todavía hay dificultades de acceso en algunas zonas que son muy remotas por lo que todavía nos queda mucho hasta tener la foto completa de cuál es la magnitud”, ha explicado este martes el director de la Unidad de Emergencias, Íñigo Vila.

El aeropuerto de Marrakech está sirviendo como punto estratégico de llegada de toda la ayuda internacional, aunque no es una terminal de grandes dimensiones, por lo que no es una cuestión por la que equipos como los de Cruz Roja no tengan preparación ni herramientas para prestar ayuda, sino que “es el país el que tiene que estar preparado para poder recibir material”.

Por el momento, y en este punto de la reconstrucción de Marruecos y la búsqueda de supervivientes del seísmo, Cruz Roja está centrada en “las personas que han perdido sus casas o las tienen dañadas, y por el miedo de las posibles réplicas que se puedan producir”.

Una treintena de réplicas desde el viernes

La gravedad de la situación no sólo se está dejando ver con el aumento de fallecidos y heridos a causa del peor terremoto registrado en el país, sino que, a la par, y derivado del mismo, las réplicas que se están sucediendo desde el viernes, que ya son una treintena, todas ellas superando una magnitud de tres grados en la escala Richter, según ha precisado el Centro Sismológico Euro-Mediterráneo (CSEM).

El Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) estima que uno de cada 20 terremotos como el de Marruecos deriva en una réplica similar o incluso superior en la semana siguiente. El escenario más frecuente, al que el USGS concede una probabilidad del 98%, pasa por una progresiva reducción tanto del número como de la magnitud de las réplicas, de tal manera que sólo se contemplen movimientos moderados que, en algunos casos, pueden afectar a estructuras ya debilitadas en la superficie.