El Brexit es y será un tema de controversia para Gran Bretaña ya que el caos burocrático y los cambios en los hábitos de vida sobre los británicos tienen un impacto innegable. De hecho, tras renegociar el acuerdo el pasado 31 de enero de 2020 y consensuar du entrada en vigor del acuerdo el 1 de enero de 2021, el primer ministro británico, Boris Johnson, sigue sin aplicar lo firmado, a pesar de que los términos del acuerdo fueron los que él mismo y su partido reclamaron durante la campaña por la desconexión de la Unión Europea. Sin embargo, parece que la política Exterior que aplica Johnson es comparable a su desastroso y despeinado look. 

Un ejemplo de ello es la nueva prórroga que ha anunciado Downing Street através del ministro del Brexit, David Frostsobre, la moratoria del protocolo de Irlanda del Norte. Es decir, que no se aplicarán los controles aduaneros a los productos que entran en la República de Irlanda -que se sitúa en el sur y que pertenece a la Unión Europea-, provenientes de la isla de Gran Bretaña hasta finales de septiembre. ¿Qué supone esto? Que la prórroga ratificada por Johnson permite que puedan seguir entrando productos frescos como la carne, o las salchichas inglesas en la Unión Europea. Las salchichas, un icono que perfectamente podría definir la política de Boris Johnson.

"No aceptaremos una renegociación del protocolo", asegura la Comisión Europea

Todo ello se produce además, en un contexto en el que Reino Unido sufre un desabastecimiento en los supermecados. Una situación que provoca el descontento de quienes recuerdan que, en realidad el Brexit pretendía ser un proyecto innatista, cuyo principal objetivo era reducir la inmigración europea al Reino Unido pero que, sin embargo, acabó derivando en una hoja de ruta imperialista con la promesa de un futuro menos cordial de lo que se esperaba. 

Por su parte, la Comisión Europea advierte que "el acuerdo de retirada es un acuerdo internacional, el Protocolo es una parte integral del acuerdo del Brexit y ambas partes están legalmente obligadas a cumplir con sus obligaciones en virtud del Acuerdo. No aceptaremos una renegociación del protocolo. Nuestra posición se basa en la estabilidad, la certeza y la previsibilidad de acuerdo con los objetivos del Acuerdo del Viernes Santo -Belfast- y con el fin de proteger el Mercado Único. De esta forma, las empresas y los ciudadanos de Irlanda del Norte obtendrán todos los beneficios del protocolo y, en particular, el acceso al mercado único que ofrece. La Comisión Europea se reserva sus derechos con respecto a los procedimientos de infracción". A pesar de todo, la Comisión Europea no ha procedido, de momento, a iniciar un periodo de infracción (que se viene produciendo desde marzo de 2021).  

Y es que quizá lo que Reino Unido necesite sean políticos de Estado, algo de lo que actualmente carece. De hecho, a pesar de que las exportaciones de alimentos y bebidas han caído en más de 2.000 millones al año desde el inicio del Brexit, Boris Johnson considera un triunfo la exportación de 10 millones de salchichas y de Tim Tam. Mientras tanto en Belfast no pueden desayunar salchichas, lo que puede ser considerado como un sacrilegio teniendo en cuenta la cultura gastronómica del país.

No obstante este conflicto al que muchos ya han denominado como La guerra de las salchichas espera encontrar solución a finales de esta misma semana, cuando el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, y el ministro del Brexit del Reino Unido, David Frost, se comuniquen vía telefónica. Se trata de una llamada que busca acercar posturas y conseguir un consenso entre la Unión Europea y la política -salchichera- de Boris Johnson.