Podemos se hunde. La noche electoral del pasado 28A no fue más que la antesala del batacazo de los de Pablo Iglesias. El secretario general no salió ni siquiera a valorar los resultados, siendo el único líder que no compareció. Las candidaturas han perdido fuelle tanto a nivel autonómico como a nivel municipal. Tanto es así que Podemos ha bajado en todas y cada una de las comunidades y tan solo ha conseguido mantener dos de los llamados alcaldes del cambio.

El cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, del ala más dura del pablismo, no tardó en señalar un culpable: Íñigo Errejón. Fue a degüello, acusándole de haber roto Podemos tras ser convencido “por las cloacas” y convencer a Manuela Carmena para seguirle en su nueva aventura. “¿Te ha merecido la pena?”, se preguntaba en Twitter Monedero.

Así, exculpaba a Iglesias. A su juicio, el responsable es Errejón. Sin embargo, lo cierto es que Podemos ha perdido poder en todas las comunidades autónomas hasta tal punto que pone en peligro gobiernos progresistas, como ha sido el caso de la Comunidad de Madrid, donde Ángel Gabilondo ha ganado las elecciones, pero las derechas (PP, Ciudadanos y Vox) suman mayoría.

Eso en el caso de Madrid, pero en el resto de autonomías la radiografía es incluso peor. En Castilla La-Mancha Podemos ha pasado de tres escaños a cero; en Castilla y León de 10 a uno; de seis a cuatro en Extremadura, de nueve a cuatro en Asturias, de seis a dos en Murcia; de 15 a cinco en Aragón; de 10 a seis en Baleares; de tres a cero en Cantabria; de siete a tres en Canarias; de siete a dos en Navarra; de nueve a cuatro en Asturias; y de cuatro a dos en La Rioja.

A nivel municipal el resultado es incluso más sangrante ya que los morados tan solo han conseguido conservar dos de los llamados alcaldes del cambio.

Las Mareas, que contaban con el respaldo oficialista, irrumpieron con notable fuerza en Galicia, ganando las alcaldías de A Coruña, Santiago de Compostela y Ferrol.

Ahora, Xulio Ferreiro, alcalde en funciones, pactará con el PSOE y dejará el ayuntamiento en sus manos (siempre y cuando se alcance un acuerdo). En Santiago, su alcalde saliente y candidato de Compostela Aberta, Martiño Noriega, ha quedado relegado a tercera fuerza, con cinco concejales, por detrás de los ocho del PP. Este consistorio también caería en manos socialistas. Y en Ferrol, el candidato de Ferrol en Común, Jorge Juan Suárez, pierde la Alcaldía al pasar de seis a tres concejales, que podrían, no obstante, ser clave junto a los ediles del BNG para que el PSOE gobierne la ciudad.

Las mareas naufragan y la victoria de Carmena no fue suficiente. No hubiera sido suficiente ni aunque los votos de Carlos Sánchez Mato (Madrid en Pie), candidatura a la que apoyó Pablo Iglesias, sumara los suyos a Más Madrid. No ha sido un problema de fragmentación del espacio morado: suma los votos de Mato a Carmena, aplica la fórmula D’Hont y la derecha seguiría teniendo mayoría absoluta. Por tanto, atribuir el trastazo a Errejón no solo es ventajista, sino que además es falso, tal y como demuestran los datos.

Cádiz y Valencia son las únicas ciudades que han conseguido resistir. En Valencia podrá seguir gobernando Joan Ribó, de Compromís, gracias a sus diez concejales. Eso sí, necesitará del PSPV para alcanzar la cota de los 17 y superar la barrera de la mayoría absoluta.

En el caso de Cádiz, José María González Kichi se ha quedado a tan solo un concejal de la mayoría absoluta. Precisamente, Kichi es uno de los rostros más reconocibles de los dirigentes políticos morados que plantan cara a Pablo Iglesias. Cabe recordar aquella carta crítica con la que el alcalde de Cádiz respondió a Monedero y a Iglesias por la compra del chalet del líder de Podemos.

Además, el secretario general no acudió a ningún acto de campaña en Cádiz.

Por último, cabe destacar que han pasado ya más de dos años desde que Errejón fuera purgado tras perder en Vistalegre II. Desde entonces, Iglesias ha evitado (y castigado) a la disidencia y se ha rodeado de un grupo de personas fieles: Irene Montero, Pablo Echenique, Juanma del Olmo, Noelia Vera, Ione Belarra… Iglesias lleva dos años capitaneando la estrategia del partido. Tiempo ha que Vistalegre II quedó atrás y los datos demuestran que Errejón no es el culpable ya que se ha perdido poder en todas las autonomías y la fragmentación en Madrid no ha decantado ninguna balanza. La pregunta es: ¿Y si el culpable fuera Pablo Iglesias? ¿Y si su figura estuviera ya hartamente desgastada? ¿Vistalegre III?