Han sido unas fiestas tristes para la familia Borbón-Urdangarin, las primeras en las que el exduque de Palma las pasa en la prisión de Brieva, en Ávila, donde cumple condena. El único aliciente de Iñaki ha sido la visita de sus cuatro hijos, junto a su mujer, la infanta Cristina, según adelanta la revista Hola.

De ser cierto la visita de toda la familia a Urdangarin, alguien se habría saltado el reglamento de Instituciones Penitenciarias, ya que el número máximo permitido de visitantes, para los vis a vis y los locutorios, es de cuatro personas, según publica hoy Vanitatis. Por lo tanto, no parece probable que todos disfrutaran de la visita a la vez.

De la cárcel de Brieva a Zarzuela

La infanta y sus cuatro hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene,  estuvieron alrededor de 45 minutos en la prisión de Brieva antes de regresar a Madrid para cenar con toda la Familia Real. Al día siguiente, en Navidad, según confirmó la infanta Margarita a Europa Press, volvieron a comer todos juntos como hacía años que no sucedía. Al parecer, en palabras de la tía del rey Felipe, lo pasaron "muy bien". Después, la infanta y sus hijos viajaron a Vitoria, para pasar el fin de año con la familia Urdangarin.

La Infanta junto a su hija, Irene. Hola

La Infanta junto a su hija, Irene. Fuente: Hola

Según cuenta Hola, pudo verse a la hermana del Rey y sus hijos por las calles de Vitoria. Uno de los días, la Infanta acudió a recoger a sus cuñadas a la estación, mientras tres de sus hijos, Juan Valentín, Pablo e Irene, se dirigieron a la óptica de una de las hermanas de Urdangarin para adquirir unas gafas nuevas para Pablo. Cristina de Borbón también fue fotografiada de compras con su hija, quien vive en Ginebra sólo junto a su madre y Miguel, ya que Juan Valentín estudia en una Universidad británica y Pablo reside en Hannover, donde estudia y juega al balonmano profesional, como hacía su padre.

Bicicleta estática por Navidad

El exduque de Palma recibió otra alegría, además de la visita de su familia. El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid le autorizó a utilizar una bicicleta estática de su propiedad para hacer ejercicio, después de que las autoridades de la cárcel de Brieva rechazase su solicitud.