La activista Lola Sánchez Caldentey formó parte del Podemos primigenio y acabó siendo europarlamentaria representando a la formación de Pablo Iglesias. Gracias a su labor en el Parlamento Europeo, recibió el Fair Politician of The Year de la Fundación Max van der Stoel por su capacidad de contribuir "a la eficacia de las políticas de desarrollo de la Unión Europea" así como por "incrementar la coherencia de la acción exterior de la Unión".

Sánchez Caldentey, en 2018, era la eurodiputada de Podemos que más tiempo llevaba ejerciendo la política desde su escaño de Bruselas. Sin embargo, en octubre de 2018 decidió abandonar "la primera línea institucional y orgánica” debido a las batallas internas que imperaban en la formación. Además de europarlamentaria, la política era integrante del Consejo Ciudadano del partido en Murcia, su tierra.

Fuera de la vida política, Sánchez Caldentey, mantiene un perfil activo en la lucha de los derechos de las mujeres. Coincidiendo con la falta de respeto que Pablo Iglesias ha dedicado este miércoles a Elisaveth Duval, Lola Sánchez ha salido en defensa de la escritora y ha recordado una oscura historia que pone a Iglesias como protagonista: "Si, Iglesias está totalmente abducido y cree firmemente que Duval es una mujer, porque cuando es un hombre quien le lleva la contraria, lo considera un valiente, un retador; pero si es una mujer, la cosa cambia, y  lo que hace es denigrarla y apartarla: 'no se nos acerque más'", ha comenzado escribiendo en un hilo que está teniendo una gran difusión.

A continuación, la exeurodiputada ha contado una historia en la que habla de Miguel Urbán, también eurodiputado, y cómo Iglesias le encargó un oscuro trabajo: "Por veteranía y puesto en la lista, era de lógica que yo fuera Jefa de Delegación en el Parlamento Europeo. Pero dos veces me saltó. Una para poner a Tania González, que por aquel entonces le era totalmente fiel. Hasta que dejó de serlo. Entonces eligió a Miguel Urbán, que jamás le fue fiel sino todo lo contrario. Pero era hombre, claro. Menos fiel que yo, pero hombre", comienza diciendo.

A continuación, explica el nuevo trabajo que tenía Iglesias preparado para ella: "Y unos meses después, me reuní con Iglesias en el Congreso para hablar de las internas en Murcia. Yo no quería presentarme, tenía un trabajo enorme en Bruselas. Pero anticapis y pablistas me convencieron para intentar sacar a Urralburu de la dirección, pues éste era errejoner. Al final me presenté, no sin antes decirle a Iglesias que mi trabajo estaba en Bruselas y que me gustaría seguir otra legislatura, ya que había abierto un proceso legislativo de primer orden y quería continuarlo para hacerlo realidad: derechos para las trabajadoras textiles".

Entonces, Iglesias le mandó hacer trabajo impropio de un servidor público: espiar a un compañero de partido: "Me dijo a todo que sí y después me pidió una cosita de nada: que le mandara periódicamente un documento sin firmar donde yo tenía que contarle todo lo que Urbán hacía en Bruselas. O sea, que fuera su espía.Yo también le dije que sí y me largué. Nunca recibió un solo informe y creo que esa fue la puntilla que me clavó y que me sacó de su proyecto. A mí estas cosas me daban ganas de vomitar, y sentía que ya no debía estar ahí. Habían convertido un proyectazo en una puta mierda".

Finalmente, Lola Sánchez ha querido mandar un mensaje al propio Miguel Urbán: "Como yo era leal al proyecto y no a ciertas personas, nunca se lo dije para no generar más mierda. Hoy me llaman traidora, pero Urbán sigue en Bruselas haciendo no se sabe qué y mi proyecto de ley en un cajón".

El desprecio de Iglesias a Duval

El hilo de Lola Sánchez viene a colación a un intercambio de tuits que Pablo Iglesias ha mantenido con la escritora Elisabeth Duval y que ha terminado con una desagradable contestción del cofundador de Podemos. 

Iglesias escribió un mensaje criticando a la Cadena SER por el trato que le dio a la participación de Yolanda Díaz en la moción de censura de la ultraderecha contra el Gobierno de coalición: "No se trata de lealtad a Yolanda Díaz, por más que fuera Iglesias quien la señalara como sucesora. Se trata de velar por el bien del espacio político de la izquierda. A mí me sobra mucho este fuego amigo. Y ojalá, de corazón lo digo, Pablo rectifique a tiempo", esgrimió Duval.

El propio Iglesias no se tomó a bien la respuesta de la filósofa y, tras llamarla "señora", le pidió que le soltara "el brazo", una expresión vulgar que significa "déjame en paz": "Señora, hágame el favor de soltarme el brazo y deje de hacer creer que se puede defender un proyecto político decente desde la tertulia de Ferreras. Cambiar CTXT por La Sexta le habrá dado más fama y dinero pero, si no le molesta, no se acerque más a nosotros".

A continuación, Duval ha contestado con una elegante respuesta: "Pablo, hace meses me invitabas a La Base y yo iba encantada. Hemos compartido Consejo de Redacción y periódico. No sabes lo triste que es el sectarismo que destila alguien a quien he admirado tanto como tú y lo mucho que desearía que las cosas fueran de otra manera".