“Livia, Juan y sus tres hijos pueden ser desahuciados por no poder afrontar la subida abusiva de su alquiler. Pedimos a la propietaria de la casa, Esther Argerich, que negocie una solución para que puedan seguir en el barrio en el que llevan viviendo 12 años”. Así de tajante fue el mensaje realizado por parte de la portavoz de Unidas Podemos, Irene Montero, reclamando una solución a la propietaria que había subido el alquiler a los protagonistas de este tuit.

Sin embargo, las redes ardieron y los bandos empezaron a posicionarse. Además de recriminar a Montero haber hecho algo ilegal, al exponer el nombre y el apellido de la propietaria de esa forma, muchos recriminaron a Irene Montero su posicionamiento en un tema tan complejo sin escuchar a sendas partes.

Este viernes Idealista News ha entrevistado a Esther Argerich. Ella ha contado la historia, de una forma muy diferente a la de la dirigente morada. Según su versión, ofreció toda serie de opciones a la familia que ahora puede ser desahuciada, congeló el precio del alquiler desde que explotó la crisis e incluso, ahora, la subida del alquiler es más baja que la que marca el precio de mercado.

Además de denunciar escraches, enseñar la forma en la que la han perseguido hasta en el trabajo y denunciar lo sucedido, ha explicado su visión sobre lo ocurrido con la dirigente de Unidas Podemos: “Ella no tenía que haber tomado parte de la forma que lo ha hecho”, ha explicado, antes de añadir que “yo no soy la mala de la película, y me gustaría decirle que tiene mucha cara y lo que ha hecho es ilegal, y obviamente tendrá consecuencias. Ella dice que está defendiendo derechos constitucionales por abuso, pero ¿y los derechos constitucionales que me está vulnerando ella a mi qué? Derecho a la propiedad privada, el derecho de imagen, el derecho de honor...”.

Además, su alegato termina en forma de reto a Montero: “Si tanto le importa la situación, animo a Irene Montero a que les busque ella un pisito de 1.000 euros de otro propietario que esté de acuerdo con su política. A mí que vivan como ellos quieran, lo único que no quiero es que sea en mi piso”.