El Ministerio del Interior, dirigido por Fernando Grande Marlaska, ha obedecido la sentencia del Tribunal Supremo (TS) y ha restituido al coronel Diego Pérez de los Cobos, que fue cesado por pérdida de confianza como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid por parte del propio titular de Interior.

Según fuentes del citado Ministerio, la reincorporación se ha comunicado tanto a la sede judicial como al coronel. Por su parte, el entorno de Pérez de los Cobos indica que, efectivamente, se le ha informado de que su reposición como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid ya está firmada y que se publicará la próxima semana en el boletín oficial de la Benemérita.

El pasado 28 de marzo fue la fecha en la que el Supremo dio la razón a Pérez de los Cobos, confirmando la sentencia dictada el 31 de marzo de 2021 por el Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo Número 8 de la Audiencia Nacional, que declaró "ilegal" el cese del coronel al entender que la motivación para su destitución no era "real" o, como poco, no se ajustaba "a la realidad".

En junio, Pérez de los Cobos envió una carta a Grande-Marlaska en la que le reclamaba al titular de Interior que "a la mayor brevedad lleve a punto y debido efecto lo ordenado por sentencia firme, disponiéndose lo oportuno para ser restituido en su puesto y funciones sin mayor dilación".

Destacar que Interior tenía un plazo de dos meses para ejecutar la restitución de Pérez de los Cobos como jefe de la Guardia Civil en Madrid. No obstante, fuentes del caso indicaron que el plazo se había dilatado porque empezó a contar desde que el fallo se notificó de forma efectiva al Ministerio. Así, se apuntaba así a una restitución "en torno a la primera semana de agosto", que al final ha llegado un poco antes de esta segunda predicción.

La investigación, bajo reserva

El cese de Pérez de los Cobos se produjo en mayo de 2020, para ser más exactos, durante un domingo por la noche a los pocos días de declararse el estado de alarma por la COVID-19 y de que agentes de la Comandancia de Madrid iniciaran una investigación, que más tarde fue archivada, por orden de una juez sobre la posible conexión de la manifestación feminista del 8-M y la expansión de contagios.

Este cese ha sido uno de los puntos críticos de la gestión de Grande-Marlaska, y le ha valido para recibir ataques recurrentes del PP, Vox y Ciudadanos. El coronel alegó en uno de sus recursos que su cese era una "directa consecuencia de no haber accedido a realizar un acto abiertamente ilegal", del mismo modo que hubiera ocurrido en el caso de "informar a los responsables políticos del Ministerio de Interior de una investigación sometida a la más estricta reserva".

Por ende, el juez Celestino Salgado declaró "ilegal" el cese del coronel al entender que la motivación que lo produjo no era "real" o, como poco, no se ajustaba "a la realidad". Luego, la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional dio la razón a la Abogacía del Estado en un primer momento, al considerar que no hubo "desviación de poder" por deberse a una pérdida de confianza. Lo contrario, adujo, supondría "eliminar la posibilidad de destituir del cargo de libre designación a un oficial".

Tras conocerse el fallo del Supremo, Grande-Marlaska aseguró que iban a cumplir la sentencia, aunque reiteró que la decisión de cesarlo estaba justificada por pérdida de confianza debido a la filtración del informe del 8 de marzo y a que no comunicó a sus superiores la práctica de esta diligencia, como sí había hecho anteriormente con otras novedades. Según él, en ningún momento desde la cúpula de Interior el interés fue conocer "el contenido" de dicho de informe.

El ministro también aludió en el Congreso a la posible relación de Pérez de los Cobos con el mal uso de fondos reservados en la etapa del Gobierno del PP, ya que el coronel fue alto cargo en Interior, llegando incluso a ser enviado a Cataluña por el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre antes de asumir el cargo de jefe en Madrid. No obstante, luego Grande-Marlaska matizó que su intención no había sido "vincularle directamente con el 'caso Kitchen'".