Vox ha convocado una huelga general para este viernes 24 de noviembre a través de su sindicato ultraderechista, Solidaridad, pero se han quedado completamente solos. Ni el resto de sindicatos ni otros partidos políticos han secundado una huelga que, además de estar convocada por motivos políticos y fundamentada en un futurible (las "futuras medidas del poder Ejecutivo", sin especificar cuáles), está programada en un horario muy peculiar si lo que se busca es protestar por los derechos de los trabajadores: a las 20:00 horas. A la vista de estas circunstancias, incluso el propio entorno de Vox está comenzando a reconocer el fracaso de su convocatoria y lo solos que se han quedado Abascal y los suyos, como ha sido el caso del famoso comunicador de extrema derecha Alvise Pérez.

A través de su canal de Telegram, mediante el que acostumbra a comunicarse con sus fieles y a fabricar los mensajes que después copan los círculos de la ultraderecha, Alvise ha tachado de "fracaso" la huelga de Vox y ha reconocido que se han quedado "en solitario". 

"Vox no logra vencer el sabotaje institucional del Partido Popular: Feijóo y Ayuso priorizan intereses partidistas y no le cogen el teléfono a Abascal, que fracasa en solitario en la huelga convocada por el sindicato de Vox, que lo hizo unilateralmente pese a tener menos del 0,1% de representación sindical. La oposición española PP-Vox es la más dividida y que menor éxito electoral está logrando en Europa contra el movimiento woke y globalismo progresista", ha enviado a través de la citada red social.

Nulo el apoyo, nulo el seguimiento, pésima la planificación, con reticencias hasta entre sus fieles y sin ceñirse a los conceptos más básicos que tiene que seguir una huelga, como es la lucha por mejoras en los derechos de los trabajadores, la huelga de Vox está abocada al fracaso. Queda esperar a la hora de la convocatoria para ver el resultado, pero sobre el papel, tienen todas consigo para darse un fuerte batacazo.

Motivos políticos e hipotéticos

Uno de los aspectos más llamativos de la convocatoria son los motivos a los que ha aludido el sindicato para llevarla a cabo. En concreto, el documento del Ministerio de Trabajo que da parte de la huelga, al que ha tenido acceso ElPlural.com, determina que el motivo de la convocatoria son "las futuras medidas del poder Ejecutivo, que pueden suponer un retroceso en los derechos laborales de los trabajadores". De esta manera, la huelga está basada en una hipótesis, en algo que aún no ha ocurrido y que no puede vaticinarse, o, lo que es lo mismo, dejando patente que los motivos por los que se convoca son políticos y no tienen que ver con protesta por derechos alguna.

 

"Pedro Sánchez ha traicionado al conjunto de los españoles, ha cedido a los separatistas, ha cedido al chantaje de los golpistas y el pueblo no se lo va a permitir”, expone el manifiesto de la huelga, firmado por Rodrigo Alonso, secretario general del sindicato y portavoz adjunto de Vox en Andalucía, certificando una vez más que obedece a motivos políticos. Ni una sola referencia a los derechos de los trabajadores ni la más mínima preocupación por los mismos, sino simplemente, oposición ferviente al presidente elegido por las urnas y el Parlamento. “Se está produciendo un atentado contra el Estado de derecho, lo dicen los propios jueces. Ante esta situación solo nos queda salir de forma cívica y pacífica a la calle y reclamar lo que es nuestro que es la unidad de España, nuestra patria”, añade el líder 'sindical'.

Cabe recordar que la última huelga general celebrada en España data del 8 de marzo de 2018, fecha en la que millones de personas salieron a la calle para defender los derechos de las mujeres en una fecha coincidente con el Día Internacional de la Mujer. Para encontrar la última huelga estrictamente laboral hay que echar la vista más atrás, concretamente hasta 2012, año en que tuvieron lugar dos convocatorias.

En este caso, la convocada por Solidaridad para este del 24 de noviembre puede marcar un antes y un después y convertirse la primera movilización de esta índole cuya finalidad no es la ganancia de derechos del conjunto de la población, sino, simplemente, canalizar la frustración de un ala política contra el Gobierno de España.