La Fiscalía Provincial de Madrid ha solicitado tres años de prisión para el hombre que se dedicó durante siete meses a acosar e insultar al exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y a la exministra de Igualdad Irene Montero en su chalet. Una actividad que provocó una alteración de su vida familiar diaria y de sus actividades "derivada de los ruidos constantes en horarios de descanso de niños de corta edad, así como limitación de movimientos en compañía de los menores por temor a que presenciaran o escucharan expresiones ofensivas para ellos".

En el marco de esta decisión, conocida este viernes 24 de mayo, el representante del Ministerio Público le imputa al acosador -bajo las siglas M. A. F. D- los delitos de injurias graves con publicidad a la autoridad, acoso y descubrimiento de secretos. El juicio se celebrará el próximo lunes 27 de mayo en el Juzgado de lo Penal número 14 de Madrid, en la sede judicial de la calle Julián Camarillo de la capital. Al momento de la publicación de esta noticia ninguno de los dos políticos se han pronunciado al respecto de este asunto.

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Tres años para el acosador de Iglesias y Montero

El escrito de acusación de la Fiscalía Provincial de Madrid recoge que entre el 15 de mayo y el 12 de diciembre de 2020, M. A. F. D. decidió mostrar su disconformidad con la gestión por parte del Gobierno de la crisis derivada de la pandemia del Covid 19 "enfocando su malestar en las figuras del entonces vicepresidente segundo del Gobierno Pablo Iglesias, su pareja, la entonces ministra de Igualdad Irene Montero, y sus tres hijos menores de edad". La pareja confesó tener "miedo" por estas situaciones. 

Para ello estuvo acudiendo a las inmediaciones de su domicilio familiar situado en Galapagar donde, “en un principio”, se limitó a sumarse a las concentraciones diarias que se producían al final de la tarde por parte de algunos ciudadanos. Sin embargo, en pocos días “incrementó” su actividad utilizando un aparato de música con altavoces en el que se reproducía con el volumen alto el himno nacional y a proferir insultos contra el entonces vicepresidente segundo al grito de “chepas”, “garrapata” o “no vamos a parar hasta que os vayáis a Venezuela”.

Por otra parte, el 2 de junio de 2020 el acusado acudió portando con una pancarta que exhibió ante los allí concentrados en la que había escrito el texto “Pablo Iglesias... hijo de terrorista”, pancarta que portó los siguientes días 3 y 4, y a la que, el 5 de junio de 2020, añadió, en su cara posterior, otro texto, en ese caso dirigido contra la entonces ministra de Igualdad que decía “Irene Montero, Ministra analfabeta cuyo mérito es tener las rodilleras gastadas”. Esta la portó hasta el 7 de junio en las citadas concentraciones.

Días más tarde, ya el 12 de julio de 2020, M. A. F. D. acudió de nuevo hasta la casa de los políticos aunque en aquella ocasión antes de la hora en la que normalmente se producían las concentraciones. Su objetivo era evitar que se hubiese ya instalado el dispositivo de seguridad que se formaba alrededor del perímetro de la vivienda por parte de agentes de la Guardia Civil, tal y como recogen las investigaciones al respecto de lo ocurrido. La pareja confesó tener "miedo" por estas situaciones. 

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Fuertes insultos delante de los niños

Así, aprovechó para acceder por el campo a la parte trasera de la propiedad donde se encuentra una roca de gran tamaño a unos 10 metros de la misma sobre la que se subió y desde la que, "saltando los obstáculos visuales que suponen la existencia del muro perimetral que rodea a la vivienda y su vegetación, que alcanzan los 3 metros de altura, pudo ver el porche trasero de la vivienda y parte del jardín, y comenzó a realizar una grabación de dicha zona con su teléfono móvil", hasta que fue sorprendido por los propios Iglesias y Montero.

El 17 de octubre de 2020, día en el que cumple años el entonces vicepresidente segundo del gobierno, el acusado fue de nuevo a su domicilio y, cuando Iglesias salía con sus hijos del mismo, se acercó intentando llegar hasta él, lo que le fue impedido por parte de los agentes que allí se encontraban. Al no conseguirlo este le gritó delante de los niños un “felicidades, hijo de puta”.

El hombre no cesó en sus intentos de acercarse a los dirigentes de Podemos pese a que se le transmitieron hasta el mes de julio un total de 33 denuncias administrativas por saltarse el estado de alarma, dado que su domicilio estaba en la localidad de Brunete, y por intentar sobrepasar los límites del perímetro de seguridad que se montaba en torno al domicilio de la pareja, nueve por infringir la normativa de ruidos, y otras tantas por no portar la mascarilla.

Ante esta sitaución, cabe destacar que, a fecha 29 de diciembre de 2020, por decisión del Juzgado de Instrucción nº 1 de Collado Villalba, se acordó la medida cautelar al acusado de prohibición de aproximarse a Iglesias y Montero, a su domicilio, lugares de trabajo o cualesquiera otros que éstos frecuenten a una distancia inferior a 500 metros.

 

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