Faltaban cinco días para que se celebraran las elecciones del 26J y saltaban unas grabaciones en las que se podía oír al por entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, hablando con el que fuera responsable de Antifraude en Cataluña Daniel de Alfonso. En ellas, se intuían posibles amaños para difamar a personalidades y políticos afines al independentismo de Cataluña y acabaron con la destitución de Daniel de Alfonso y la apertura de una Comisión de Investigación para el ya exministro.

Este miércoles se ha celebrado y Fernández Díaz ha centrado su defensa en dos ideas: las grabaciones están “manipuladas” y en negar que existiera un complot. Es más, ha asegurado que “a única conspiración es que querían influir en el 26J" unas “elecciones trascendentales”.

"La auténtica y única conspiración fue perjudicarme a mí como político y al partido que representaba como cabeza de lista en las elecciones por Barcelona", ha mantenido para subrayar que se tratan de unas escuchas "descontextualizadas" que se publicaron para "afectar al resultado electoral y a las hemerotecas me remito, pues ocupó todas las portadas y todos los informativos".

Manipulación y complot

Pro ¿cómo pudieron ser manipuladas? Para esto Fernández Díaz también tiene una explicación. Según ha dicho, las grabaciones en las que supuestamente se demostraría que se habían usado medios del Ministerio del Interior para perseguir a políticos independentistas, "pasaron por varias manos" antes de ser filtradas. Unas cintas que reconoce ni ha escuchado.

Y recalca que él en ningún momento pidió la reunión con De Alfonso.

De Alfonso no sabe nada de una “policía política”

En la misma comisión de Investigación hemos podido escuchar las explicaciones del exresponsable de la Oficina catalana Antifraude.

Daniel De Alfonso ha repetido un mantra: ni sabe nada de una supuesta policía política para perseguir a los independentistas en Cataluña, ni él ha “grabado, custodiado o difundido" las conversaciones publicadas, que se realizaron el propio despacho del exministro, en el Ministerio del Interior, burlando todas las medidas de seguridad.

Al igual que Fernández Díaz, él tampooco ha escuchado las grabaciones, y eso que se difundieron en casi todos los medios españoles. "Por higiene y salud mental", ha alegado.

Para De Alfonso también todo este asunto es una clara manipulacuión y ha lamentado ser la “víctima” de todo esto, porque jamás fue “miembro de esa operación” porque no ha existido.