El cambio de liderazgo en el Partido Popular y la actual coyuntura de crisis económica, inflación galopante mediante, le ha elevado a lo más alto de las encuestas. El expresidente de la Xunta de Galicia y actual líder popular, Alberto Núñez Feijóo, está de dulce y lidera el último barómetro elaborado por IMOP y publicado por El Confidencial.

Encuesta: El PP conseguiría un 30,3% de los votos

El PP cosecharía, según esta encuesta, un 30,3% de los votos que se traduciría en 128 escaños, muy lejos de un PSOE que no supera la barrera psicológica de los 100. La formación liderada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, caería hasta el 23,8% en intención de voto, dejándose por el camino 25 escaños y quedándose en los 95.

Vox, liderado por Santiago Abascal, recuperaría fuelle y llegaría al 16,5% que cristalizaría en 55 asientos en el hemiciclo, tres más de los que atesora a día de hoy. Por su parte, Unidas Podemos, afincado en la cuarta plaza, pierde una docena de escaños, quedándose en los 23 y cayendo por debajo del 10% (9,6% en concreto).

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) sumaría 13 escaños y Junts ocho. En la franja de los seis diputados nacionales se sitúan PNV y EH Bildu. El partido de Íñigo Errejón, Más País, obtendría tres, el BNG otros tres y la CUP los mismos. Compromís dos, Navarra Suma dos, Ca-NC uno, PRC uno y Teruel Existe uno. Ciudadanos quedaría relegada a fuerza extraparlamentaria.

Las derechas tendrían una mayoría holgada según dicha encuesta

Con estas cartas sobre la mesa, las derechas sumarían una holgada mayoría absoluta, superando con creces los 175 escaños, puesto que PP y Vox tendrían una corpulencia de 183 diputados. La suma del actual Gobierno apenas llegaría a los 118.

Según los datos proyectados por el sondeo de El Confidencial, Feijóo bebería del efecto Andalucía, pues se observa en las gráficas que el impulso lo coge desde entonces. Además, las únicas dos formaciones que sufren importantes variaciones más allá de la tendencia negativa de Vox y los morados, son PP y PSOE. Y la conclusión es clara: Feijóo está ganando espacio a Sánchez.