Un apabullante dispositivo de seguridad bloqueo este fin de semana la entrada al nuevo aeropuerto de Castellón, el mismo que inauguró el multi-imputado Carlos Fabra junto al presidente valenciano, Francisco Camps, a toda prisa antes de que se venciera el plazo estipulado por la Ley Electoral para celebrar ese tipo de eventos con los comicios de mayo tocando los talones.

140 millones de euros
El presidente de Castellón pretendía evitar la fiesta rave que se había convocado espontáneamente en Facebook para protestar por el aeropuerto, que ha costado 140 millones de euros y que se inauguró el 25 de marzo sin contar con el permiso de vuelo por parte del ministerio de Fomento.

Agentes antidisturbios y hasta un helicópetero
La Guardia Civil bloqueó todos los accesos, incluso los caminos rurales; agentes antidisturbios rodearon la terminal; furgonetas de la Policía Nacional ocuparon el aparcamiento; y hasta un helicóptero rodeó las inmediaciones del aeropuerto, según Público.

Un autobús de Izquierda Unida
En los alrededores de la terminal podía verse un autobús fletado por Izquierda Unida con una veintena de militantes que coreaban "Volare" y "Dónde están los aviones, los aviones dónde están". Los agentes no les permitieron ni siquiera llegar a la rotonda de entrada, donde está prevista una gran obra del escultor Juan Ripollés. La escultura tendrá 24 metros de altura y 18 de diámetro y será, según el artista, un "homenaje al impulsor de la instalación aeroportuaria, Carlos Fabra".

"Si hubiera aviones, no se podría pasear"
En el acto de inauguración, Fabra había alardeado de que los castellonenses podrían pasear por las instalaciones, "algo que no podrían hacer –bromeó- si hubiera aviones". El dirigente popular se defendía así de las críticas por la premura de la inauguración, con los ojos puestos en las elecciones de mayo próximo, y por la escasa rentabilidad que la oposición ve en este proyecto, que ha forzado a la Generalitat valenciana a comprometerse a cubrir sus pérdidas durante los próximos ocho años.

La convocatoria
El impulsor de la fiesta rave, un ciudadano sin filiación política, explicó ayer a los medios que se trataba de una simple broma; que habrían acudido a las instalaciones del aeropuerto unos cientos de personas a almorzar tranquilamente; y que en la convocatoria se llamaba a la ciudadanía a comerse la tradicional mona en las pistas, volar cometas o llevar sus equipos de música.