Ceuta, Melilla, Canarias o la Línea de la Concepción. Cuatro destinos que comparten un mismo problema, el de la entrada de migrantes irregulares, y han encontrado la misma respuesta: la visita apresurada de la extrema derecha tratando de instrumentalizar el drama en favor propio vendiendo proteccionismo fronterizo y odio nacionalista. Discurso antimigratorio que se ha reproducido como la espuma después del juego humanitario al que Mohamed VI sumió a la playa del Tarajal dando orden de abrir el paso a 8.000 marroquíes que cruzaron la frontera a nado, con lo puesto y a la carrera ante la impotencia del Ejército y el trabajo incansable de los voluntarios de las oenegés desplegadas.

Esta gira incansable por los lugares más tensionados del mapa español se une a los acercamientos europeos que el presidente de la extrema derecha española está protagonizando a fin de proteger las costas y defender “la Iberosfera”. Desde Viktor Orbán, primer ministro húngaro, líder del Fidesz y estandarte de la política discursiva basada en el imperio, la defensa de las tradiciones y el fundamentalismo religioso; hasta Mateusz Morawiecki, primer ministro de Polonia, hijo político del ultra Jarosław Kaczyński e hijo biológico de Kornel Morawiecki (fundador de Solidaridad en Lucha, la vertiente más radical del sindicato Solidarność de Lech Walesa al que Vox ha querido imitar). En la visita a Polonia, Santiago Abascal también coincidió con Georgia Meloni, la nueva musa de la ultraderecha italiana que ya amenaza con convertir a Fratelli d’Italia en la nueva inspiración populista del país mediterráneo, desplazando así del mapa a Matteo Salvini y su Liga Norte.

En el último acto, el presidente de Vox insistió en sus alianzas con Hungría, participando en un debate bajo el nombre ‘Europa sin censuras’ que organizaba la Fundación para una Hungría Cívica y contaba con la presencia de la ministra de Familia húngara, Katalin Novák, y la eurodiputada Enikő Győri:Hay que afirmar con rotundidad que una patria es propiedad de los nacionales y deben tener la posibilidad de cerrar la puerta cuando lo deseen”, explicó Abascal, no sin antes poner sobre la mesa la falta de liderazgo en términos fronterizos del actual Ejecutivo español y del comandado previamente por Mariano Rajoy.

“España, cuando necesite mano de obra, debe buscar inmigrantes que puedan adaptarse con facilidad. Tenemos a Hispanoamérica, donde hablan nuestra misma lengua y tienen una visión religiosa y una cultura parecidas. Debemos priorizar la llegada de este tipo de migrantes y no de musulmanes y procedentes de África, donde no se adaptan porque han sido educados en una cosmovisión religiosa que es plenamente incompatible con nuestra forma de vivir”, sentenció.

La criminalización de la inmigración es un patrón que se repite. Este fin de semana le toca el turno a Andalucía, donde el partido exige elecciones a la par que promociona a sus posibles candidatos. La avanzadilla, liderada por Ortega-Smith, ha tenido la Línea de la Concepción como escenario, lugar en el que la extrema derecha ha vuelto a sacar a relucir su mensaje más militar advirtiendo de la necesidad de redoblar esfuerzos para acabar con el narcotráfico de la región. Problemas concretos en momentos concretos. Si en Madrid el eje principal de la campaña fue la criminalización de los menores extranjeros no acompañados (menas), en Andalucía viran hacia las drogas, las pateras que arriban a Algeciras y los “estercoleros multiculturales” -término acuñado por Rocío de Meer, a quien algunos apuntan como próxima líder en Andalucía- en los que se han convertido provincias obreras como Almería, donde Vox obtuvo grandes apoyos en los últimos comicios.

Antes de Andalucía, donde la extrema derecha ya vuelca un mensaje plenamente electoral, advirtiendo a Juan Manuel Moreno Bonilla de una hipotética traición de Ciudadanos, los ultras se desplazaron a Canarias, donde en 2020 arribaron 23.023 personas, un 756,8 % más que en 2019 según datos oficiales. No sin antes intentar rentabilizar el conflicto entre España y Marruecos en Ceuta y en Melilla, obligando a la Delegación del Gobierno a actuar, prohibir sus actos y pedir responsabilidad para no seguir alimentando la escalada de la tensión entre ambos países.