Vox ha visto en los discursos de odio que relacionan inmigración con delincuencia una oportunidad para comer espacio a un Partido Popular (PP) equidistante, fragmentado entre una parte que prefiere callar ante la ola de racismo y la que se mantiene callada ante los bulos difundidos por sus compañeros. La formación de extrema derecha quiere empezar el curso político diferenciándose, preocupada a la vez por el terreno que está perdiendo con los difusores de falsas noticias cargadas de xenofobia, que ya cuentan con representación en el Parlamento Europeo.

Los de Santiago Abascal han apuntado alto y han elegido a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, como principal foco de sus ataques. Pese a no representar la moderación ni por accidente y aunque han coincidido en diversos posicionamientos políticos, Vox se ha lanzado este jueves a por la lideresa autonómica a través de las redes sociales aprovechando una publicación en la que esta carga contra los absueltos por el caso de los ERE explicaciones. “Se han reído de la Justicia, del Código Penal y de los contribuyentes”, ha apuntado Ayuso.

Vox ha salido al quite y, a través de su perfil oficial, ha iniciado la confrontación. “Deberíais pedir perdón (el PP) por haber entregado el Tribunal Constitucional y por negociar el reparto del Poder Judicial mientras convocabais manifestaciones”, se ha expresado duramente el partido ultraderechista. En la misma línea, y de forma irónica, le han trasladado una pregunta a la baronesa de los conservadores: “¿sabes cómo van las negociaciones de tu partido con Junts y PNV?”. Un mensaje certero que deja clara la posición que asumirá la formación verde y que se cierra con un imperativo: “Dejad de estafar”.

La cosa no se ha quedado ahí, dado que el líder de Vox también ha querido dejar un recado a los de Feijóo en primera en persona. El anuncio de que el PP podría sumarse al PSOE a la propuesta de abordar la problemática de los delitos de odio en redes sociales no ha gustado al ultraderechista. “El sentido común del PP”, ha ironizado, “acabar con la libertad de expresión persiguiendo en redes sociales a quienes denuncian sus políticas suicidas de puertas abiertas”, ha añadido al comienzo de su largo reproche.

A partir de ahí, el mensaje de Abascal, plagado de argumentos racistas, falsedades y sollozos, se ha centrado en atacar al PP. El máximo representante de la extrema derecha española ha acusado a los conservadores de acometer “regularizaciones masivas de ilegales y reparto de inseguridad y crimen”, replicando el discurso de los ultras de redes sociales que esparcen bulos al respecto, arengados por figuras políticas y pseudoperiodistas. Argumentario que defiende también buena parte del PP, encabezada estos días por el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol.

Más allá de la inmigración, tema bandera que ha escogido el groso de la derecha estas últimas semanas, aprovechando el cruel asesinato de un niño para difundir noticias falsas, Abascal ha aprovechado para señalar al PP por otras espinitas que tiene clavadas. “La entrega del Tribunal Constitucional, el CGPJ, el Tribunal de Cuentas y RTVE al PSOE; negociar con Puigdemont y el PNV; ayudar a tapar la corrupción del PSOE”. Estas son algunas de las acusaciones que vierte el líder de Vox contra el PP, aunque existen algunas más delirantes.

El ultraderechista acusa al PP de haber reformado la Constitución junto con el PSOE, sustituyendo el término “disminuido” del artículo 49 por “personas con discapacidad”, para “discriminar a los varones discapacitados”. También ha habido espacio en la publicación para las pataletas. Abascal está dolido por el cordón sanitario que desde Europa hacen a su formación y a los de su calaña y acusa a PP y PSOE de hacer una coalición que “arruina el campo y la industria”. “Criminalizan a Vox”, es otra de las quejas emitidas.

Por último, ha acusado a los de Feijóo de “copiar toda la agenda política de la izquierda y el separatismo”, evidenciando el escaso conocimiento de lo que una política requiere para ser ubicada en el espacio de la izquierda. El mensaje concluye zanjando que “el sentido común del PP es lo que diga el PSOE”, pero hace prever que esta guerra entre iguales con ropajes diferentes no ha hecho más que comenzar. Mientras, el PSOE se frota las manos y capea el temporal particular que deberá afrontar en el inicio de curso.