El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encuentra inmerso en una gira por diversos países europeos en los que se dará cita con los principales mandatarios para abordar el reconocimiento del Estado de Palestina. La pretensión del líder español es el cese de las hostilidades para que, tras la apertura de un proceso de paz, se termine por certificar la solución de los dos Estados. Para presionar a Israel requiere apoyo internacional y este viernes ha recabado el de Noruega.

Sánchez y el primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre, han certificado este punto de acuerdo en la rueda de prensa posterior a su encuentro en la que el político báltico ha asegurado que su país está “listo para reconocer ya el Estado de Palestina y también para otorgarle el lugar que le corresponde en la Organización de Naciones Unidas (ONU)”. No obstante, el cabo suelto son los tiempos para la asunción de esta decisión, aspecto al que también ha aludido en alguna ocasión el Ejecutivo de coalición.

“La cuestión es en qué momento y en qué circunstancias se podría hacer para respaldar el proceso de paz en la región”, ha apuntado Gahr, reconociendo que para ello “vamos a coordinarnos y a trabajar codo con codo (Noruega y España)”. Sánchez, por su parte, ha estado más contundente y ha vuelto a denunciar que “la situación en Gaza es tremenda y hay indicios de que incluso puede ir a peor, trasladándose al resto de la región”. La única opción es “un alto el fuego inmediato y el acceso de la ayuda humanitaria”.

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“Todos los agentes humanitarios tienen que poder seguir desempeñando su labor indispensable sin poner sus vidas en riesgo”, ha reiterado Sánchez. La seguridad de voluntarios y trabajadores no está garantizada en territorio palestino, donde Israel no hace diferenciación a la hora de lanzar sus bombas. “La gravedad de la situación requiere que haya acciones contundentes por parte de la comunidad internacional”, ha exigido el presidente del Gobierno, seguro de que “no podemos permitirnos que la violencia siga, que siga habiendo muertes de civiles inocente”.

Han muerto muchas y miles de ellas viven bajo la amenaza de la hambruna, la enfermedad y la desesperanza”, ha lamentado Sánchez. El socialista ha exigido a la comunidad internacional que tome cartas en el asunto para poder alcanzar “una solución política que, de una vez por todas, pueda llevar la paz y la justicia a la región”. “La única solución duradera es la de los dos estados y la comunidad internacional ha defendido esta postura durante muchos años”, les ha recordado, instando a “pasar de las palabras a los hechos”.

Madrid y Oslo trabajarán codo con codo

Con todo, Sánchez ha adelantado que Madrid y Oslo, "dos ciudades que tienen un significado muy importante", van a trabajar "codo con codo". Gahr Store se refería con ello a la Conferencia de Paz de Madrid de 1991 sobre Oriente Próximo, preludio de lo que fueron después los Acuerdos de Oslo en 1993.

"Estoy muy contento de que hayamos renovado nuestro contacto y que podamos confirmar nuestra coordinación en cuanto a esta cuestión", ha manifestado el dirigente noruego. También Sánchez se ha remitido a la importancia histórica de ambas capitales. "Nuestras dos naciones han desempeñado históricamente un papel muy activo en la búsqueda de una solución duradera a este conflicto", ha resaltado.

Oslo y Madrid "recuerdan lo que puede hacer la comunidad internacional si somos capaces de aunar nuestra fuerza política y nuestra coordinación", ha resaltado el presidente del Gobierno, para quien ambos países pueden "enviar un mensaje firme, contundente, para avanzar hacia la paz".

En este sentido, ha vuelto a defender una vez más la necesidad de una conferencia internacional de paz "lo antes posible". "Nuestro único objetivo es llegar a una solución que dé tanto a los israelíes como a los palestinos un futuro de paz, seguridad y justicia que les permita vivir unos junto a otros", ha remarcado.

"Nuestro compromiso es firme y no vamos a cejar en nuestro empeño para buscar una solución duradera para Oriente Próximo", ha asegurado, reclamando nuevamente un alto el fuego, la liberación de los rehenes y la entrada de ayuda humanitaria a Gaza ante la "situación tremenda y los indicios de que puede ir a peor" y extenderse al resto de la región.