Queda aplazada la crisis de gobierno. Al menos hasta después de la moción de censura de Vox, que se celebrará esta próxima en el Congreso de los Diputados. Desde Lanzarote, escenario de la XXXIV Cumbre Hispano-Portuguesa, Pedro Sánchez ha despejado la incógnita -de aquella manera- y dilapidado con la rumorología que apuntaba a que este mismo fin de semana se producirían las salidas de las ministras de Sanidad e Industria, Comercio y Turismo, Carolina Darias y Reyes Maroto. De hecho, ha especificado que no plantea más cambios.

Se despeja la incógnita momentáneamente sobre la fecha de la crisis de gobierno. Reyes Maroto y Carolina Darias se sentarán en la bancada azul de la Carrera de San Jerónimo para asistir al debate entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el candidato propuesto por Vox, Ramón Tamames.

El jefe del Ejecutivo ha aprovechado para trasladar un afectuoso mensaje al candidato de la ultraderecha, además de agradecerle el “tono” utilizado durante estas semanas en las múltiples apariciones públicas. Eso sí, ha eludido dar respuesta a la propuesta planteada desde de Podemos, quien ha puesto sobre la mesa que sean mujeres las que protagonicen el pleno del próximo martes. “No voy a revelar la estrategia”, ha resuelto un Sánchez que augura una “interesante” discusión parlamentaria.

La tensión de Mordaza

La jornada del martes fue una voladura constante de puentes entre los socios de la investidura. Por un lado, Unidas Podemos se enfrascó con el PSOE en el reparto de culpas por la caída de la Ley Mordaza, mientras que ERC y Bildu, a quienes los socialistas responsabilizan del fracaso del articulado, repartían a izquierda y derecha. Entre tanto, En Comú Podem adopaba un relato similar al del PSOE, pero sin dejar pasar la parte alícuota de la competencia que le corresponde al socio mayoritario.

Esta situación dilapidó el conato de tregua que escenificó el pasado lunes Pilar Alegría desde el cuartel general del PSOE, quien reivindicó la acción conjunta de la coalición, que ha sido capaz de aprobar más de 200 leyes desde el arranque de la legislatura. Un atronador sonido rompió la bandera blanca socialista, aunque desde Moncloa se ha optado por no entrar en el cuerpo a cuerpo con el socio minoritario de la coalición.

Por ello, el presidente del Gobierno ha cargado las tintas contra republicanos y abertzales. Sánchez considera que tanto ERC como Bildu actuaron sujetos al “cálculo electoral”. Además, ha recordado que el acuerdo alcanzado tanto por su parte, como por parte de UP, PNV y las dos formaciones independentistas, “ponía fin a todos artículos” que motivaron que la Ley de Seguridad Ciudadana se rebautizara con el término Mordaza. “Hay algo peor que hacer cálculos y es errar en ellos. PSOE y UP llegamos a un acuerdo para una reforma que no era nuestra, sino del PNV”, ha recordado el jefe del Ejecutivo.

Derecha política y derecha económica

El acuerdo para reformar el sistema público de pensiones también ha sobrevolado terreno insular. Un hecho histórico que revitaliza y moderniza la estructura, pero que no cuenta con el visto bueno ni de la CEOE ni del Partido Popular. “No me sorprende”, ha ironizado el jefe del Ejecutivo, quien ha tratado de vincular la estrategia de la patronal con la de los conservadores, a quienes ha bautizado como “derecha económica y derecha política” respectivamente.

En este sentido, ha recordado que ninguno de estos dos actores creía que el Gobierno sería capaz de cerrar un acuerdo “para modernizar el sistema”. “Sin embargo, lo hemos conseguido y parece que contamos con una mayoría parlamentaria que lo permite”, ha reivindicado un Sánchez que ha reiterado su gratitud a la labor y el apoyo de los sindicatos durante todo el proceso. “Es uno e los pilares básicos del Estado del bienestar”, ha resaltado.

Sánchez ha lamentado que, hasta la fecha, hablar de pensiones implicaba aludir a “recortes, congelaciones y retrocesos”, dado que es la respuesta que la Administración de Mariano Rajoy propinó a la crisis financiera de 2008. Sin embargo, ha reivindicado la acción de la coalición tras haber “revalorizado” las pensiones y “garantizar la solvencia del sistema”. Sobre el rechazo de otros actores económicos y políticos, el jefe del Ejecutivo ha subrayado que no le sorprende lo más mínimo.

“Era evidente que después del posicionamiento de la patronal, la derecha política anunciara su voto en contra. No era novedad”, ha resuelto Sánchez. En este sentido, ha sembrado la duda sobre “quién marca el paso” en la relación de la CEOE con el PP, pero cree que queda patente la “absoluta sincronía entre ambas”. Pese a todo, ha reivindicado que la coalición ha demostrado su capacidad para acometer reformas “en beneficio de la mayoría social del país”.