Ni 24 horas ha durado la bandera blanca oscilante en el cuartel general del PSOE. Este pasado lunes, la portavoz socialista y ministra de Educación reivindicaba el espaldarazo legislativo del “primer gobierno de coalición” de la historia de España, con el fin de remarcar la acción política frente al atronador nivel de decibelios de los morados. ¿El objetivo? Aligerar la carpeta de leyes enjauladas en los archivadores del Congreso de los Diputados. Una de ellas era Mordaza, que a la postre ha desatado la guerra entre los socios de la investidura y dilapidado los intentos de Ferraz por reconstruir los puentes arrasados por el huracán del sólo sí es sí.

Este pasado martes, la Ley Mordaza caminaba hacia el cadalso, con la derecha jaleando la caída en desgracia de una de los compromisos de Pedro Sánchez y, por ende, del Gobierno. No había signos de salvación, ni tan siquiera una intervención divina de última hora. Nada. Y así ocurrió. Al filo del mediodía, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y EH Bildu certificaron la muerte. La reforma decae; la Mordaza de Mariano Rajoy resiste.

Se abrió la Caja de Pandora. La alianza forjada en los fuegos de la investidura saltó por los aires, al igual que la bandera blanca ondeante en el cuartel general del PSOE. Pilar Alegría escenificó el lunes un intento de los socialistas por calmar las aguas tras la marejada provocada por la ley del sólo sí es sí. A pesar de que sus socios persistían en los dardos constantes, el socio mayoritario de la coalición optó por anteponer un aligeramiento de la agenda legislativa antes de entrar de lleno en campaña electoral.

En el PSOE reconocen abiertamente, tal y como expuso el lunes Alegría, que les gustaría que hubiera “menos ruido” a la hora de armar una “buena” ley de Vivienda. No en vano, comporta un compromiso de la coalición, así como un texto novedoso en el ordenamiento jurídico patrio. De hecho, pese a vivir en un sempiterno estado de bloqueo, el texto empezaba a ver la luz. La portavoz socialista aseguró que se esperaban avances en el corto plazo. El camino se empieza a despejar, aunque fuentes conocedoras de la negociación aseguran a ElPlural que apenas se han dado pasos significativos. Lo cierto es que la reunión entre Yolanda Díaz y Pedro Sánchez, anunciada por la propia vicepresidenta segunda, podría acelerar los tiempos.

A pique la tregua

En cualquier caso, las reivindicaciones de Ferraz han caído en saco roto. Mordaza ha truncado la estrategia y desde el Grupo Parlamentario de Unidas Podemos han tirado la primera piedra. Pablo Echenique, portavoz morado en la Carrera de San Jerónimo, ha cargado las tintas contra el socio mayoritario de la coalición, provocando la respuesta inmediata del PSOE. Más madera.

El dirigente morado ha acusado a los socialistas de falta de voluntad política, descargando a ERC y a EH Bildu de toda responsabilidad. Echenique afea al PSOE que no ha querido hacer “un último esfuerzo” para evitar que Mordaza cayera en el ostracismo legislativo. De hecho, ha puesto negro sobre blanco, comparando la actitud de sus aliados monclovitas con Mordaza frente a las posiciones de las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado. El portavoz de UP en el Congreso ha remarcado que en este caso también necesitaban el apoyo de estos grupos parlamentarios y sí “se remangaron” para conseguirlo.

Lejos de guardar las distancias, el PSOE ha optado en esta ocasión por responder a los disparos de Unidas Podemos. Si bien la intervención de Patxi López ante los medios de comunicación ha pivotado sobre las “mentiras” y “excusas” de republicanos y abertzales, el portavoz del Grupo Socialista cree que sería conveniente que Echenique “se pasara por las comisiones para ver hasta dónde negocia el PSOE”, en lugar de dar “tantas declaraciones”.

Al hilo de las tumultuosas conversaciones en torno a Mordaza, López ha recriminado a sus aliados el “ruido” externo que redirigen hacia la mesa de negociación. El portavoz socialista ha arremetido contra el que apuesta por “hacer ruido para no buscar el acuerdo”, dado que la vía rápida para buscar los puntos de convergencias está alejada del bullicio mediático.

División a la izquierda del PSOE

Mientras Unidas Podemos cargaba las tintas contra el socio mayoritario del Gobierno, los Comunes adoptaban una posición diametralmente opuesta, que ha rimado con el mensaje lanzado por los socialistas. La portavoz de En Comú Podem centralizaba el debate sobre la postura “de máximos” de ERC y Bildu, que, a la postre, es la que ha impedido dilapidar “una de las peores normas” impulsadas por el Gobierno de Mariano Rajoy. De hecho, han atribuido a republicanos y abertzales cierto “electoralismo” en su voto negativo, argumentando que sería la ciudadanía quien lo pagaría “en la calle”.

 En la misma línea se movió su compañero de formación y presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens. Si bien afeó al PSOE su “falta de valentía”, centralizó los reproches a los que considera “verdaderos responsables” de impedir que el articulado continuara su tramitación pese a tener un 98% de acuerdo. “Su electoralismo ha dado la espalda a todos los que llevamos años luchando para derogar la ley de Rajoy”, ha rematado.

Los puntos de fractura

El fracaso del articulado lleva semanas fraguándose. El inmovilismo de los dos socios de Gobierno y el PNV por un lado y el de ERC y Bildu por otro ha desembocado en la caída de la normativa. Los dos frentes diferían en cuatro puntos concretos: las pelotas de goma, las devoluciones en caliente, multas por desobediencia y faltas de respeto a la autoridad. Cabe señalar que el primero de la primera de las fricciones no se regula en esta normativa.

De aquí emanan las disonancias que han copado la sala de prensa del Congreso de los Diputados. Mientras PSOE y Unidas Podemos disputaban su parcela argumental, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, arremetía contra los socialistas ante los medios de comunicación mostrando dos fotografías: una de ellas retrataba una de las devoluciones en caliente sucedidas en Melilla en uno de los últimos intentos de salto a la valla, mientras que la segunda reflejaba a una mujer sin ojo a causa del impacto de una pelota de goma. “Ni esto desaparece con la propuesta del PSOE”, aseguraba Rufián, quien también metía en el saco a Unidas Podemos.

Rufián afeó a los socios de Gobierno que su ley no evitaba que se repitieran imágenes como las que se vieron este verano en la frontera con Marruecos. “La reforma sigue permitiendo esto, devoluciones en caliente, decenas de muertos en la frontera. Sigue permitiendo esto, sacar un ojo a la gente con pelotas de goma”, ha certificado, a la par que reclamaba explicaciones a PSOE y Unidas Podemos.

Por su parte, desde EH Bildu, han trasladado desde el primer momento que no serían “cómplices” de una ley Mordaza “edulcorada”. Consideran que mantenía los “aspectos más lesivos” del articulado de Rajoy, lo cual hacía “inasumible” que la formación abertzale votara a favor de su propuesta. “Queda muy lejos del compromiso de derogación que asumimos hace ocho años las fuerzas políticas”, han remachado.