Este miércoles, el rey de España, Felipe VI, conseguía la atención mediática con su frase sobre la democracia y la ley: “No es admisible apelar a una supuesta democracia por encima del derecho”. La frase la pronunciaba en una tribuna ad hoc, tras recibir el Premio Paz y Libertad de la Asociación Mundial de Juristas (WJA, por sus siglas en inglés, de World Jurist Association). Un galardón que muchísimos medios de comunicación se apresuraron a calificar como el Nobel Jurídico y que este jueves también recibe Albert Rivera, según afirma Ciudadanos. 

Pero, dentro de esta versión oficial, hay muchas cosas que chirrían. ¿Por qué es desconocido este premio? ¿Qué papel real juegan en Naciones Unidas? ¿Por qué se entrega al rey de España, ajeno a la redacción y el alcance de las leyes, un premio jurídico? ¿Qué tienen que ver Venezuela y Cataluña en esta historia?

Unos desconocidos

Choca y mucho el calificativo de Nobel Jurídico para un premio, el de la “Paz y Libertad”, que, como reconoce la propia WJA, se acaba de crear este año y que viene de una asociación que presume de tener más de 50 años de historia, pero no tiene página en Wikipedia y apenas llega a los 800 seguidores en su cuenta sin verificar de Twitter o 1.043 fieles en Facebook, frente a los 428.000 y 4,15 millones que siguen, respectivamente, al Comité del Premio Nobel en dichas redes sociales.

Estas cifras tan bajas sorprenden en una asociación, la WJA, que presume en su web de contar entre sus filas con “presidentes de tribunales, jueces, funcionarios, profesores y estudiantes de derecho y abogados de 140 países” y de tener “presidentes nacionales” en 85 países.

¿Mandela, Churchill?

A todo esto, hay que sumar la afirmación de que “el nobel jurídico” sólo ha sido recibido por tres personalidades: Winston Churchill, Nelson Mandela y René Cassin, pero parece que sólo una de las afirmaciones es correcta, y a medias.

Hay que tener en cuenta que la asociación se creó en 1963 y Churchill, ya muy enfermo, moriría dos años después. La única mención al premier británico se remonta a “1957, cuando el concepto original de la WJA se vislumbraba, Sir Winston Churchill alabó el programa”. Una nota de prensa de la WJA, publicada en Lawyerpress aclara que, de haber sido premiado, fue “galardonado cuando la WJA aún era un programa dentro de la American Bar Association”, es decir, el Colegio de Abogados Estadounidense en el que estaba inscrito Charlie Rhine, el fundador de la WJA.

En su web, la WJA recoge su listado de galardones entregados desde 1963, que son variopintos y variados: “World Lawyer Award”, “World Legal Scholar Award”, “World Committee Chairman Award” o “Outstanding Jurist of the World Award”. Este último, traducido como Premio al Jurista del Año, sí fue entregado, allá por 1967 a René Cassin, ideólogo de la Declaración de los Derechos Humanos. Pero no es el mismo galardón que el recibido por Felipe VI -recordamos que acaba de ser creado- y en la larga lista que llega hasta nuestros días no hay registro ni de Churchill ni de Nelson Mandela.

El papel en la ONU

Uno de los principales avales que presenta la WJA es su papel como una “organización con estatus consultivo especial de Naciones Unidas”. Algo que suena muy rimbombante pero que es un título que, según la propia ONU, ostentan más de 5.000 ONG. De hecho, el “estatus consultivo especial” es uno de los rangos menores que pueden recibir y se atribuyen a las organizaciones que sólo cumplan “algunos de los ámbitos de actividad cubiertos por el ECOSOC”. “Estas ONGs suelen ser más pequeñas y establecidas más recientemente”, añade Naciones Unidas.

La pedrea de premios: Rivera, Garzón, Cebrián

El Congreso celebrado estos días en Madrid acaba hoy en Málaga, con una pedrea de premios que se llevan Juan Luis Cebrián, Baltasar Garzón o Albert Rivera. De hecho, desde Ciudadanos anunciaban hoy a los medios que su líder recibía el 'World Peace & Liberty Award', el mismo nombre que tiene el premio entregado a Felipe VI. Quizás un error, ante la avalancha de premios que da la WJA, de su equipo de comunicación, que pese a las preguntas de ElPlural.com no ha aclarado los méritos de Rivera para este galardón.

Lo que es innegable es que la faceta madrileña del evento fue un éxito de asistencia y representación institucional: el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido; la alcaldesa, Manuela Carmena; presidentes del Senado y Congreso… y el expresidente del Gobierno, Felipe González, que se comportó casi como maestro de ceremonias y nos acerca a la influencia venezolana. Un plantel sobre el que destacó, en toda la prensa, las palabras del Rey sobre democracia y ley que todos interpretaron como un mensaje sobre Cataluña.

Venezuela y Cataluña

La sorpresa, mirando al pasado, no es tanta. Hace seis días, se celebró un desayuno donde se presentó el Congreso de estos días. Allí, el presidente de la WJA, Franklin Hoet Linares, hizo varias declaraciones sobre el juicio al procés y la independencia en Cataluña. “Yo no entiendo a los que quieren dividir a España, que es una gran nación. Sólo la concibo como es ahora”, señaló. “Me parece muy bien que se transmita el juicio del ‘procés’ por televisión, como se está haciendo, es una garantía de limpieza y transparencia”, añadía, en declaraciones recogidas por Confilegal.

Allí estuvieron varios miembros del bufete Cremades & Calvo Sotelo. Como Benita Ferrero-Waldner, que también alabó que el juicio sea transmitido.  ”Es magnífico. Es muy importante comunicar al mundo la realidad de la fortaleza de la democracia española y del estado de derecho. Nadie está por encima de la ley”.

Javier Cremades, director del bufete, se encargó de alabar el papel del rey y su discurso del 3 de octubre de 2017, tras el referéndum de independencia, previendo la razón del premio que se le ha dado ahora. “Su intervención fue providencial. Un ejemplo de lo que debía hacer un Jefe de Estado. Don Felipe es el primer rey jurista de la historia de España y es muy consciente de su rol en defensa de la democracia y de la ley”, dijo, y calificó lo ocurrido en Cataluña como “un jaque a la Constitución con la invocación de los derechos humanos. Es el golpe más sofisticado jamás escenificado antes con una técnica de apariencia democrática”.

Y aquí entra Venezuela, porque en el desayuno también estaba Juan Carlos Gutiérrez, otro socio de Cremades & Calvo Sotelo, que además es abogado de Leopoldo López, el líder opositor venezolano que está en arresto domiciliario. “La presencia de cámaras de televisión en el juicio contra Leopoldo fue una exigencia que hicimos. Pero lo prohibió el régimen chavista. A los observadores internacionales se les impidió la entrada”, señaló, comparando aquel proceso con el de los independentistas catalanes.

El círculo lo cierra, precisamente, el actual presidente de la WJA, el citado abogado Hoet Linares, que es venezolano y firme opositor a Nicolás Maduro. Hace una semana era entrevistado por Economist Jurist, donde pedía al presidente venezolano que “se haga a un lado y permita que Guaidó convoque elecciones libres y transparentes”. “El 10 de enero pasado se produjo una vacancia constitucional en el cargo de presidente de la República, por lo que el presidente de la Asamblea Nacional era quien, como efectivamente hizo, debía asumir el cargo”, añadía.

Hoet Linares abandona el cargo ahora, como ha recordado en el cierre del Congreso realizado en Málaga, y ha anunciado que el nuevo presidente de la WJA será Javier Cremades, fundador de Cremades&Calvo Sotelo, el bufete que organizó el Congreso que premió al Rey, que defiende al líder opositor venezolano y que, el pasado año, se llevó el “Premio al Jurista del Año” de la WJA.