El rifirrafe entre el portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, comenzó el pasado lunes, antes incluso del propio debate entre el gallego y Pedro Sánchez que tuvo lugar este martes en el Senado. El oponente del presidente del Gobierno en la Cámara Alta se quejó un día antes del primer cara a cara del curso político del tiempo que tenía para plantar cara al líder del Ejecutivo.

El valenciano no pudo contenerse y respondió al popular vía redes sociales instantes antes de la sesión, mostrándole la realidad que tienen otros políticos en estos casos y que la utilización de los tiempos para con la palabra depende de la “capacidad” del orador.

“En 20 minutos un diputado del grupo Plural o del Mixto te resume unas obras completas. No es cuestión de tiempo Alberto, es de capacidad”, añadía a un mensaje en el que deslizaba en primera instancia: “Feijóo se queja de que ‘solo’ tendrá 20 minutos. Algunos tenemos 2 o 3 minutos en estos debates y no lloramos”.

La reacción de Baldoví

Tras el enfrentamiento en el Senado que tuvo lugar el pasado martes, Baldoví volvió a reaccionar, ya después de la intervención de ambos líderes y coincidiendo con lo que tanto los partidos de izquierdas como la mayoría de la prensa habían expuesto: que Feijóo no presentó ni una sola propuesta y que su imagen no se correspondió con la del perfil moderado, magnánimo y presidencial que él mismo pretende demostrar. “¿Lo ves, Alberto? Te han sobrado 19 (minutos). Por lo menos”, sostuvo en su perfil de Twitter.

Primer cara a cara del curso entre Sánchez y Feijóo

La realidad es que antes de empezar el pleno, el gallego ya había dejado a un lado esa personalidad que trata de moldear cara a la opinión pública, pues había comparado a Sánchez con un dictador de la novela El otoño del patriarca, de García Márquez.

Lejos de retirar las declaraciones, el presidente del PP insistió en que el líder de los socialistas “no es un dictador” porque “un dictador es una persona que manda y usted (Sánchez) no manda ni siquiera en su Gobierno” y se centró en las descalificaciones. “He dicho y lo reitero, es un mal presidente en sus últimos momentos. No es un insulto, es una crónica”.

El cuerpo a cuerpo entre ambos se materializó, en términos de propuestas, únicamente en la de Sánchez de topar el precio del gas de las plantas de cogeneración. Sin embargo, el líder de los socialistas defendió el plan de energía y sostuvo que se prorrogarían las medidas todo el tiempo que haga falta, además de que habrá otras nuevas, pero en ningún caso “dramáticas” como, dice, plantean la derecha y extrema derecha.

Así las cosas, desde Génova asumen que el presidente del Gobierno recurrió igualmente a los impropios sin anunciar medidas. De hecho, el mismo Feijóo se congratulaba de que su contrincante asumiera como propias algunas planteadas por su formación como la rebaja del IVA del gas o las ayudas a la industria de cogeneración.

Fuentes socialistas, por su parte, sentenciaron que Sánchez -quien volvió a demostrar su preocupación por la energía, la inflación y el empleo a raíz de la guerra en Ucrania- estuvo en todo momento “pedagógico, empático y cercano” y defendió “a un país que prefiere la esperanza y las soluciones al mercado”.